La institución financiera más grande de Europa, Deutsche Bank (DE:DBKGn), otrora llamada “La gran bestia del mundo bancario” se encuentra hoy en serias dificultades para hacer frente a una multa de USD 14.000 millones que el Departamento de Justicia de Estados Unidos le ha impuesto por las ventas de valores respaldados por hipotecas antes de la crisis financiera de 2008. Un castigo de tal magnitud pone en jaque a la entidad financiera cuyas acciones se han desplomado los últimos días perforando por primera vez en mucho tiempo la marca de los 10 euros (11 dólares) el pasado viernes desde USD 31 que cotizaba en noviembre último, contabilizando una pérdida cercana al 60% en un plazo extremadamente corto.
Pese a los esfuerzos que exhibe la entidad por negociar contrarreloj un acuerdo con Estados Unidos que reduzca la imposición, la carrera se agita aún mas pues el país americano enfrentará elecciones el próximo mes, y una de las metas llamadas “saludables” en esta crisis sería tener el acuerdo firmado antes de los comicios. Con tan pocos días restantes para el dead-line el ritmo de la negociación se recalienta por su propia estrechez de plazo.
No solamente este factor está jugando en contra de la entidad. Días atrás el Fondo Monetario Internacional (FMI) describió al Deutsche Bank como “El banco más peligroso del mundo” echando combustible a la hoguera que quema los cimientos de prestigio de los que la entidad goza (o gozaba), uno de sus activos mas importantes.
La configuración de este escenario de ataque de doble flanco ha carcomido dichos cimientos llevando a la entidad a una exposición sumamente delicada que podría producir su caída cuyo impacto tendría consecuencias en amplios sectores de la economía mundial. Si bien Deutsche Bank es mucho más pequeño que sus competidores de Wall Street, tiene sólidos y robustos vínculos financieros con todas las principales instituciones financieras del mundo, por lo que no estamos de cara a un suceso menor.
Específicamente en lo que respecta al mercado de divisas, el impacto de una posible caída de la institución podría afectar primitivamente al valor del euro que en términos teóricos es la divisa con la que el banco valora sus activos. Esto podría ocurrir no por la crisis del banco en sí misma, sino que de ocurrir debilitaría aún más la estabilidad de la eurozona que está golpeada por su propio estancamiento económico y la crisis del BrExit cuyo proceso ya tiene fecha de inicio.
En un escenario tan complejo resulta prácticamente imposible y aventurado asegurar que podrá ocurrir con el valor del euro de cara a estos acontecimientos, principalmente frente al dólar en el par EUR/USD.
Desde el aspecto estrictamente técnico en la gráfica de temporalidad semanal observamos que el par ha fracasado en consolidarse por encima del nivel clave de 1.1500 (círculos rojos), una barrera que a estas alturas parece difícil de perforar y que sigue vigente como resistencia. En el mismo sentido la evolución del precio perdió su última línea de tendencia alcista que sostenía la tenue corrección (Línea verde) y se ha mantenido oscilando en torno de las medias móviles de 20 y de 60 períodos los últimos dos meses, sin mostrar rumbo definido.
Esta configuración de escenario de rango estrecho prolongado en el tiempo (Recuadro azul) dificulta el análisis para determinar la probabilidad de que el par tome impulso tendencial en cualquier dirección. En mi opinión, se debe esperar a que el precio se escape de por la parte superior o inferior de dicha cota para rehacer el análisis desde una perspectiva diferente.
Al momento de escribir este informe el par cotiza 1.1159 dólares por euro. Los soportes inmediatos se ubican en 1.1123 (Mínimo del 21 de septiembre) y 1.1100 (Figura psicológica). Las resistencias se encuentran en 1.1181 (Nivel S2 de la ecuación de pivotes) y 1.1200 (Figura psicológica).