Recordemos que el mes pasado la Fed elevó en 50 puntos base (medio punto porcentual) sus objetivos para la tasa de fondos federales tras conocerse que la inflación se mantenía en el 7.1 por ciento. Los funcionarios del banco central estadounidense hicieron hincapié en la necesidad de mantener la flexibilidad y la opcionalidad de la futura política monetaria, lo que en español quiere decir que mantendrán la “mano dura” con una política restrictiva.
Su presidente, Jerome Powell, dijo entonces que seguía siendo pesimista a pesar de que se habían logrado algunos avances contra la inflación y que esperaba que los tipos de cambio se mantuvieran altos, incluso después de que cesaran las subidas.
La minuta de diciembre refleja justo ese sentimiento, señalando que ningún miembro del comité de la Fed prevé recortes de tipos este año, a pesar de las expectativas del mercado.
Según el documento, varios participantes subrayaron que sería importante comunicar claramente que una ralentización en el ritmo de subidas de tasas no era un indicio de debilitamiento de la determinación del comité de alcanzar su objetivo de estabilidad de precios o un juicio de que la inflación ya estaba en una senda descendente persistente.
Asimismo advirtieron sobre dos posibles riesgos: a unos les preocupa que no se eleven las tasas con suficiente rapidez y se permita que la inflación se agrave, mientras que otros consideran que las subidas ralentizarían demasiado la economía.
Sobre ese particular, la minuta deja en claro que el comité sigue considerando más probable la primera opción.
De hecho, advierten que con una inflación aún elevada, los riesgos para las previsiones de alzas de precios están sesgados al alza. Además, el lento crecimiento del gasto interno previsto para 2023, moderadas perspectivas económicas mundiales y unas condiciones financieras persistentemente restrictivas son factores que inclinan a la baja los riesgos para la economía real.
Con todo esto, apunta la Fed, los expertos siguen considerando la posibilidad de una recesión en algún momento de 2023 como una alternativa plausible a la proyección de referencia.
Van a la baja los indicadores de producción industrial
Pero veamos en concreto algunos datos que reflejan que precisamente la tan temida recesión podría estar viendo ya su comienzo en todo el mundo. Algunos indicadores macro de producción industrial ya dan muestras de agotamiento.
Por ejemplo: la actividad empresarial del sector manufacturero estadounidense se contrajo por segundo mes consecutivo en diciembre. El PMI manufacturero del ISM descendió a 48.4 puntos desde los 49.0 de noviembre. Esta lectura se situó ligeramente por debajo de las expectativas del mercado de 48.5.
En China, el índice Caixin/Markit PMI cayó a 49.0 puntos en diciembre desde los 49.4 de noviembre, manteniéndose cinco meses consecutivos por debajo de los 50.0 puntos que separan el crecimiento de la contracción. El PMI del sector no manufacturero del país asiático se situó en 41.6 en diciembre de 2022, contra los 46.7 de noviembre, colocándose en su menor nivel desde febrero de 2020.
Por si fuera poco, en Alemania –la principal economía de la Unión Europea– el PMI manufacturero se ubicó en 47.1 puntos en diciembre, lejos del consenso de 47.4. Así, el sector se mantiene por debajo del nivel de 50.0 y las expectativas siguen siendo pesimistas.
En México, la principal cifra del PMI alcanzó los 51.3 puntos en diciembre. Sin embargo, S&P Global señala que el sostenido incremento de los nuevos negocios no fue suficiente para imprimir confianza en los industriales, pues las empresas siguen preocupadas por la debilidad del sector automotor, la escasez de componentes, la falta de inversión, la guerra en Ucrania y la inflación.
2023: una continuación de la mala racha de 2022
Este año promete ser una “extensión” de 2022. En este sentido, las alertas siguen encendidas para los esperanzados en que las bolsas de valores y las criptomonedas se van a recuperar pronto. No lo harán.