Desde mediados del año 2017, el índice S&P-BMV-IPC ha experimentado un movimiento direccional bajista, que en agosto pasado llegó a acumular una caída del -26% (51,772-38,265). Consideramos que el alza registrada durante agosto y noviembre (+16%), se trató de la última fase (ola-c) del proceso lateral (a-b-c) que habría iniciado en noviembre del año pasado, con el que habría descontado el 50% (45,000) de la fuerte caída registrada entre agosto y noviembre de 2018 (50,603-39,271). De validarse esta hipótesis, el índice retomaría el movimiento direccional bajista, y de llegar a colocarse por debajo del psicológico de los 40,000 puntos, buscaría poner a prueba el mínimo registrado en junio de 2013 (37,034 puntos). Reiteramos la recomendación de VENTA del índice en tanto se mantenga por debajo de 44,000 puntos.
Bajo una perspectiva de Largo plazo, a mediados del año 2017 el índice S&P-BMV-IPC concluyó el movimiento direccional alcista (1-2-3-4-5) que inició en octubre de 2008, acumulando en su momento un alza del +214% (16,480-51,772 puntos). Posteriormente, el índice ha venido estableciendo techos y pisos cada vez más bajos, un indicativo del cambio de tendencia. Desde noviembre del año pasado, el índice ha experimentado una serie de altibajos que suponemos se trata de un proceso lateral para acumular fuerza bajista (ola-B). Por lo tanto, estamos reiterando nuestra recomendación de VENTA, ya que es muy probable que continúe con el proceso de ajuste correctivo de largo plazo, y que eventualmente busque colocarse alrededor del máximo de 2007 (ola-C). Cabe señalar, que las probabilidades favorecerán el sesgo bajista en tanto se mantenga por debajo de los 46,000 puntos (máximo de 2013) y/o de su promedio de 50 meses.