Los precios de contado de los fletes marítimos de las rutas desde Shanghái hacia Estados Unidos (Los Ángeles, Nueva York), Países Bajos (Rotterdam) e Italia (Genoa) comenzaron a bajar a partir de la segunda quincena de febrero. Lo anterior fue debido a un efecto estacional, ya que, durante enero, la demanda de fletes y su precio tiende a aumentar previo al Año Nuevo Chino (Figura 1).
En la segunda quincena de marzo, en China se ordenaron confinamientos por nuevos casos de covid19, en ciudades como Shanghái y Shenzhen. Esto provocó retrasos en la cadena de suministro, pues, aunque los puertos funcionaban con “normalidad”, no había suficiente personal para los procesos, ocasionando el retraso de descargas y la acumulación de buques. La congestión se extendió a los movimientos terrestres, debido a la falta de choferes y/o certificados vencidos que se les solicitaban para poder trasladarse en la ciudad.
La caída de la actividad económica en China se vio reflejada en la actividad industrial de abril, que se contrajo 2.9% anual y las ventas minoristas que cayeron 11.1% anual. Además, el PMI de manufactura en abril se ubicó en 46 puntos, disminuyendo desde 48.1 en marzo, su peor nivel desde febrero 2020 y por segundo mes consecutivo por debajo de 50 puntos.
Debido a la menor demanda, en abril disminuyeron los precios para transporte marítimo desde China hacia Estados Unidos con respecto al cierre del 2021. La caída más pronunciada es el precio por FEU (Forty-foot Equivalent Unit) de la ruta de Shanghái hacia Rotterdam con 26.5%, seguido por las rutas hacia Los Ángeles y Nueva York con caídas de 14% (Figura 2).
Al día de hoy, China comienza a relajar el confinamiento, por lo que, una vez que se reactive la actividad económica e industrial, es posible que aumenten los precios de los fletes. Lo anterior ante una mayor demanda para compensar los pedidos pendientes, a lo que se suman
órdenes acumuladas durante el periodo de cierre de las fábricas.
Por este motivo, los fletes marítimos podrían convertirse nuevamente en una fuente de presiones en costos para los productores y a
su vez, presiones inflacionarias. Esto último incide en 1) los niveles de inflación en Estados Unidos y a nivel global, 2) el deterioro en la confianza del consumidor en Estados Unidos.
Cabe recordar que los confinamientos en China se dieron a partir de la segunda mitad de marzo, por lo que las consecuencias sobre las importaciones de Estados Unidos y Europa (de una menor recepción de mercancías) probablemente serán evidentes en los datos de abril.
Por otro lado, la guerra en Ucrania provocó cambios en la cadena de suministro en Europa, específicamente por la implementación de revisiones de mercancía de buques con destino a Rusia. Para cumplir con ello, las mercancías han sido trasladadas a puertos alternos, principalmente Rotterdam, congestionando el puerto, aumentando los costos de operación y ocasionando incrementos en los precios de los fletes marítimos, como la ruta Rotterdam-Nueva York, con un incremento del 15% al 6 de mayo frente al precio de cierre del 2021. (Figura 3).
Hacia adelante esto puede implicar :
- Un efecto dominó en las cifras de comercio internacional con afectaciones durante el segundo trimestre, seguido de un efecto rebote una vez reestablecida la normalidad en China.
- Aumentos en los precios de los fletes como respuesta a una recuperación de la demanda.
- Congestiones en puertos que habían tenido un respiro ante la baja de los volúmenes de contenedores provenientes de China.