Detrás de los temores que existen sobre el aumento en los casos de COVID-19, también están influyendo en los mercados financieros las expectativas de crecimiento económico, la inflación, la política monetaria de la FED y las negociaciones sobre los programas de infraestructura del presidente Biden.
En este sentido, los inversionistas mueven los capitales en función de las expectativas y los riesgos. El lunes vimos la avalancha de compra de bonos del tesoro, ocasionando que los rendimientos de los bonos de 10 años cayeran a 1.199% al cierre, y en las primeras horas de operación del martes la caída se prolongó hasta 1.128%, donde rebotaron para cerrar en 1.222, tranquilizando a los merados accionarios que lograron “rebotar” el martes, quedando los tres principales índices de Wall Street con una ganancia promedio de 1.57%, aunque será necesario que confirmen este miércoles el regreso a la tendencia de alza.
En México, la Bolsa también frenó la tendencia de baja al cerrar en 49,257 puntos, con una ganancia de 0.33%, respetando el soporte de 49,000 puntos y aunque técnicamente continúa con señales de baja, podría regresar a los 51,500 puntos en caso que los resultados de las empresas mantengan el buen comportamiento que mostraron los primeros reportes que están en la muestra del IPC.
En el mercado de divisas, el dólar se sigue fortaleciendo frente a la canasta de seis monedas, alcanzando el índice DXY niveles por encima de 93 puntos, pero en caso que el rendimiento de los bonos vuelva a subir, se esperaría un regreso del índice DXY.
El alza del dólar frente a las principales monedas, también se reflejó en las divisas de mercados emergentes como México, donde el tipo de cambio cerró en $20.131 con pérdida de 0.37%, aunque estuvo cerca de los $20.20.