Donald Trump podría perder a Alemania como socio comercial.
Las tarifas punitivas para la importación de los automóviles alemanes a los Estados Unidos serían un acto hostil a las relaciones comerciales entre los Estados Unidos y Alemania y podrían forzar una recesión.
Si el Presidente norteamericano, Donald Trump, actúa sobre la posible conclusión de un informe del secretario de Comercio Wilbur Ross, según el cual las importaciones alemanas de automóviles son una amenaza para la seguridad nacional, podría llevar a la relación entre los Estados Unidos y Alemania a una recesión económica entre estas dos potencias internacionales.
Donald Trump ha amenazado previamente con imponer un arancel del 25 por ciento a los autos fabricados en el extranjero. Los alemanes y sus socios en la Unión Europea esperan lo peor, incluso si algunos de ellos han tratado de ignorarlo.
La planta de ensamblaje más grande de BMW (DE:BMWG) se encuentra en Carolina del Sur, no en Baviera.
Lo que es aterrador en este asunto, no es solo la implicación de que, 30 años después de la caída del Muro de Berlín, una vez más Alemania puede considerarse una amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos. Es que un arancel del 25 por ciento podría borrar gran parte del crecimiento económico de Alemania, que se espera que alcance solo el 1 por ciento este año. Según un informe de Oxford Economics del año pasado, 2018, las tarifas se reducirían 0,2 puntos porcentuales de ese crecimiento y quizás el doble debido a la gran incertidumbre y la reducción de las inversiones.
Las tarifas punitivas de Trump, le costaría a Alemania el 7,7 por ciento de sus exportaciones de automóviles y el 4,9 por ciento de las ventas totales de automóviles. Reduciría el valor agregado en la industria automotriz en unos 7 mil millones de euros y reduciría la producción económica de Alemania en 5 mil millones de euros o aproximadamente el 0,1 por ciento.
Con una economía alemana ya desacelerándose y agregándole el alza de los nuevos aranceles, bien podrían provocar una recesión económica en Alemania, la cual “contagiaría” a toda Europa.
Incluso más que la presión reciente desde los Estados Unidos, existen también otros frentes hostiles que podrían hacer de Alemania un “enemigo económico” para los Estados Unidos, como son el acuerdo nuclear con Irán, el gasoducto Nord Stream 2, que puede hacer de Alemania un país energéticamente dependiente de Rusia, adversario de los Estados Unidos, además del equipo chino para redes móviles 5G, esto equivaldría a una acción hostil, comparable en efecto a las sanciones que los Estados Unidos ha impuesto a Rusia, su adversario a nivel mundial.
Varias encuestas recientes han mostrado una profunda insatisfacción alemana con respecto a cómo va la relación con los Estados Unidos, el 85 por ciento de los alemanes evalúa la relación como "bastante negativa" o "muy negativa" y el 58 por ciento dice que Alemania necesita distanciarse más de los Estados Unidos. Esta encuesta también muestra que los alemanes consideran que China es un socio comercial más confiable que los Estados Unidos, los alemanes también consideran a los Estados Unidos la mayor amenaza para la paz mundial, por delante de Corea del Norte y Rusia.
Nada podría reforzar estas percepciones más efectivamente que infligir daño económico a uno de los símbolos más potentes del orgullo alemán, la industria automotriz. Trump puede pensar que está siendo poco amigable con Merkel, quien no ha podido ocultar su disgusto por él, pero en cambio, está en camino de alienar a todo el país con los Estados Unidos. Una encuesta de Atlantik-Bruecke muestra que los votantes de los principales partidos alemanes están unidos en su evaluación negativa de las relaciones germano-estadounidenses.
La administración del Presidente Donald Trump, debería dar un paso atrás y considerar si quiere ir más lejos en este camino. Las encuestas alemanas muestran que los Estados Unidos ya no están simplemente socavando una antigua alianza; está arruinando su imagen en el país más poderoso de Europa y está haciendo que los alemanes reevalúen un legado de siete décadas de aceptar la dirección de Estados Unidos para erradicar el nazismo. Nada bueno puede venir de tal reevaluación.