Terrorismo y Economía
Los ánimos en el mundo parecen apuntar a la guerra. ISIS ataca Francia, Líbano y amenaza con seguir su guerra en otros países, Turquía derriba un avión ruso y Vladimir Putin responde que fue una acción instigadora. Los datos históricos muestran que cuando hay guerra la economía mejora, ya que la industria de armamento crece rápidamente superando las caídas en el consumo y la inversión privados. Sin embargo, ese tipo de crecimiento en la economía no es deseable, porque es acompañado de caídas en el bienestar de la población por las pérdidas de vidas humanas, destrucción de infraestructura y por el miedo.
Después de los ataques terroristas de ISIS en Francia, surge la pregunta de cuáles son los efectos sobre la economía, para lo cual hay que distinguir entre la parte real y la parte financiera. Como consecuencia del miedo entre la población es probable que la gente sea más cautelosa y deje de asistir asiduamente a conciertos, partidos y restaurantes. El turismo hacia los países amenazados por terrorismo puede disminuir. Sin embargo, estos efectos no se ve que vayan a ser significativos, ya que la población percibe los ataques como aislados y no como algo que se vaya a repetir continuamente. Si los ataques se repiten entonces sí habría una desaceleración (o disminución) en los ingresos del sector servicios, afectando al crecimiento económico y al bienestar de la población que se encuentra preocupada, pero no ha cambiado sus hábitos de consumo.
Por otro lado, en lo que respecta a la economía financiera, el efecto depende del miedo entre los inversionistas los cuales mueven sus portafolios en función de las expectativas económicas, políticas y sociales del país en donde tienen el dinero. Hasta el momento ni las bolsas de valores, tasas de interés o tipo de cambio se han visto afectados, pero no se puede negar que los grandes capitales están a la expectativa de cualquier noticia que genere aversión al riesgo para actuar rápidamente. No obstante, los movimientos en la economía financiera siguen estando determinados por la política monetaria de la Reserva Federal (de la que se especula podría empezar a normalizar las tasas de interés en diciembre), de la situación de China (que muestra una desaceleración económica), del precio del petróleo (que sigue a la baja) y de noticias económicas de la zona del euro.
En este sentido, los conflictos globales no han tenido una repercusión significativa sobre la economía, ni en la parte real ni en la parte financiera, pero se no descarta una afectación en el futuro.