Lo del primer trimestre es historia, es agua pasada. El derrumbe que sufrió la economía durante los primeros tres meses del año hizo temer a algunos que la recuperación se descarrilaba. Pero hoy quedó claro que lo de principio de año no fue más que un accidente derivado, sobre todo, de las condiciones climatológicas. Sí, también hubo más cosas: una liquidación rápida de inventarios, un amplio déficit externo y el tema de la caída de los gasto en servicios de salud por el “Obamacare”. Pero en esencia fue la ola de fría extremo, las intensas nevadas y lluvias, lo que detuvo a la economía, sobre todo al gasto de consumo (con las nevadas los “malls” se vaciaron), al sector transporte (recuerden las cancelaciones de vuelos) y a la construcción.
Pero fue algo temporal, no una nueva tendencia. En el segundo trimestre, la economía rebotó con fuerza, y no sólo recuperó la tendencia observada al final del año pasado, sino que se fue por encima. Tras hundirse el PIB un 2.1% en el primer trimestre (revisado al alza de una cifra previa de -2.9%), la economía se expandió un virulento 4.0% en el segundo, muy por encima del consenso de Bloomberg de 3.0%. El número también fue superior a nuestro pronóstico de un crecimiento del 3.3%.
Con ese número, la economía crece por encima del promedio observado durante la segunda mitad del año pasado, cuando se expandía a tasas de entre 3.3%-3.4%, y hace pensar que trae mucho músculo para la segunda mitad del año.
El gasto de consumo personal, que representa 2/3 del PIB, aumentó un 2.5%, más del doble de lo registrado en el primer trimestre, destacando de entre todos los componentes el de consumo de bienes duraderos, con un crecimiento del 14%, lo que indica bastante solidez en el gasto de consumo.
También se recuperó de manera explosiva la inversión. La inversión fija bruta, incluyendo inventarios, se disparó un 17% tras despeñarse un 6.9% en el primer trimestre. Esa tasa de crecimiento es la más explosiva desde un 32.1% en el cuarto trimestre de 2011.
La inversión fija aumentó un 5.9% luego de estancarse en el primer trimestre (0.2%). La inversión residencial, que había mostrado síntomas de flaqueza y preocupaba a la Fed, se recuperó y creció un 7.5% tras caer un 5.3% en el primer trimestre. La no residencial, que se refiere a estructuras (construcciones de “malls”, fábricas, oficinas, etc), así como a equipo de inversión, aumentó un 5.5% tras un magro 1.6% en el primer trimestre. El rubro de estructuras creció un 5.3% y el de equipo un 7.0%.
Los inventarios, que restaron 1.2 puntos porcentuales (pp) al PIB del segundo trimestre, contribuyeron al crecimiento del PIB en el segundo trimestre con 1.7 pp, revirtiendo la tendencia observada en el trimestre anterior. De hecho, el PIB final, esto es, el PIB menos inventarios, fue de 2.3%, bastante menos boyante que el número general.
El gasto de gobierno también se apunto al crecimiento tras dos trimestre de caídas: -3.8% en el cuarto trimestre de 20113, debido al cierre de gobierno, y -0.8% en el primer trimestre. En este segundo, el gasto de gobierno aumentó un 1.6%, sobre todo por el impulso en el gasto de defensa nacional (+1.1%) y el gasto a nivel estatal y local (+3.1%).
Finalmente, el sector externo volvió a restar crecimiento al PIB, pero no en la cuantía que se observó en el primer trimestre, cuando sustrajo 1.7 pp. En el segundo trimestre, lo que restó el sector externo fue 0.6 pp.
El dato, por tanto, es bastante poderoso, y ahuyenta los temores de que la recuperación pudiera estar perdiendo fuerza. Por el contrario, la percepción es que la economía ha regresado en el segundo trimestre con fuerza, que ha resurgido, que no está muerta. Quizás más viva de la cuenta. A ver qué dice al rato la Fed.
Quizás eso sea lo que tiene a Wall Street en vilo. Pese a que abrió al alza, el Dow 30 ya está plano. Por otro lado, el Nasdaq 100 gana un 0.4%, espoleado por Twitter, y el S&P’s 500 apenas asciende un 0.1%.