Luego de intentar reactivar la economía una y otra vez, el 8 de junio el Banco Central de Europa (BCE) comenzó a comprar bonos corporativos como último recurso para generar inflación en la zona euro. La meta de inflación para el BCE es apenas por debajo del 2%. Este esquema ha ayudado a aumentar el mercado de bonos corporativos de la eurozona. Sin embargo, hacer lo mismo con su economía parece una tarea difícil.
La compra de los bonos corporativos forma parte del programa de flexibilización cuantitativa del BCE, en la que ya se compró 80 billones de euros de bonos del sector público, bonos garantizados y títulos respaldados por activos mensuales. La deuda del gobierno de la cual el BCE ha acumulado bordea los 800 mil millones de euros. Cabe resaltar que para calificar, los bonos corporativos deben ser de cierto grado de inversión y emitidos por empresas de la zona euro. Según Bloomberg, las compras del primer día incluyeron bonos emitidos por Anheuser-Busch InBev (BR:ABI), la cervecera más grande del mundo, Siemens (DE:SIEGn) y Telefonica SA (MC:TEF).
La flexibilización cuantitativa permite al Banco Central comprar deuda pública de manos de los bancos privados. El pequeño detalle es que el BCE compra la deuda imprimiendo nuevos billetes de euro. Sí, inyección de dinero a la economía.
Esto contribuiría a reducir los tipos de interés y desatascar la situación financiera de los bancos privados. Es decir, la mayor disponibilidad del crédito barato, el mayor gasto interno, las subidas de precios, la depreciación de la moneda y la expectativa de estas condiciones de bonanza se traduciría en crecimiento económico y así constituir un marco macroeconómico en donde los agentes se sientan cómodos para volver a endeudarse, invertir y consumir. Todo un éxito.
Evidentemente, si esto funcionara así, no habría gobierno alguno en el mundo que dejara de aprovecharse de esto. Hoy por hoy estamos frente a un escenario en donde la deuda y el riesgo son premiados y se castiga el ahorro y la seguridad. Lejos de impulsar el reajuste sano de la economía basándolo en libertad de mercado y ahorro, se intenta exprimir todo el potencial de un sistema fallido huyendo del problema.
En resumen, las amenazas se mantienen. La economía mundial es una preocupación, Europa aún no ha asegurado su recuperación y la economía China sigue siendo frágil. Los mercados financieros a causa de las perspectivas económicas mundiales se volvieron robustos gracias a los comentarios de la Sra. Yellen. El S&P 500 subió cerca de un máximo histórico, pero la economía mundial aún podría sacudir los mercados de nuevo. Nada está dicho aún.