Esta semana el gerente general del Banco de Pagos Internacionales, Agustín Carstens, alertó a los bancos sobre el uso de las criptomonedas. En un discurso en Alemania señaló que el bitcoin “se ha convertido en una mezcla de burbuja, un esquema piramidal y desastre ambiental”, además advirtió que “si las autoridades no actúan preventivamente, las criptomonedas podrían resultar más interconectadas con el sistema financiero y amenazar la estabilidad financiera mundial”.
Sobre sus declaraciones sería interesante tener conocimiento sobre lo que el gerente de pagos analizó puesto que el pasado 1 de diciembre habría indicado que dentro de sus prioridades como nuevo gerente general estarían “las monedas digitales y la tecnología financiera”, y citando textualmente sus palabras afirmó lo siguiente: "tenemos que estudiar cosas que no parecen muy claras y también tenemos que aprovechar algunos de los temas de innovación que aportan los activos virtuales como bitcoin". Lo anterior resulta bastante contrastante con las declaraciones realizadas en esta semana y provoca de pronto que nos preguntemos qué referencias tendrá o qué habrá consultado en estas semanas.
El tema es que se insiste en que el bitcoin es un esquema piramidal o Ponzi, el cuál es, en general, en una operación fraudulenta de inversión que implica el pago de intereses a los inversores de su propio dinero invertido o del dinero de nuevos inversores. A lo largo de la historia se han conocidos varios esquemas, los casos más relevantes en los últimos años se han dado con Herbalife o Amway, que evidencian un claro ejemplo de esquema Ponzi porque la forma en que se mantienen, es a partir de las aportaciones de otros y no por el producto que promueven o fabrican, es decir, el negocio está con los nuevos “socios” que se van agregando.
Trasladando lo anterior al caso del bitcoin o criptoactivos, es probable que uno de los primeros errores se encuentre en el hecho de que no se comprenda de manera concreta qué es un criptoactivo. Esto hace que la visión sobre los alcances que puede tener quede limitada porque se olvida de la tecnología asociada y las encasilla en un esquema fraudulento. No obstante puede que tenga razón puesto que de unos años para acá, se han observado clubes donde se hace la invitación para invertir obteniendo enormes rendimientos, organizados en hoteles con personas (o actores) que “hablan de la experiencia” que han tenido y lo “satisfechos” que han estado con dicha inversión, lo cual resulta totalmente absurdo puesto que ni los grandes operadores de las principales bolsas, aspiran a porcentajes tan prometedores.
Al respecto, el sitio badbitcoin.org publica de manera recurrente sitios cuyas características indican ser esquemas piramidales o fraudes entre algunos se encontraban: Masbitcoin, Instantbtc.cash, Hedgeconnect.co, Hitbtc, sólo por mencionar algunas ya que la lista sigue actualizándose y el último informe del 11 de enero de 2018 registró 5,033 sitios.
Como si lo anterior no fuese suficiente, se une a este tipo de estafas la creación de ICO’s (Inicial Coin Offering) el cual resulta un crowdfunding que utiliza, en muchos de los casos, la plataforma de Ethereum para financiar la creación de un proyecto que resulta en un contrato inteligente o la creación de su propio criptoactivo. A pesar de que la creación de una ICO no necesariamente responde a una acción fraudulenta, muchos utilizaron esta forma para recaudar fondos, el caso más sonado es el de DAO donde fueron robados 150 millones de dólares en 2016. Pero no todo ha sido fraude con las ICO, también han existido casos en donde han surgido criptoactivos que actualmente se cotizan en las exchanges de criptomonedas, por ejemplo Ether, Bancor o Tezos cuyos proyectos se enfocan en mejoras sobre las debilidades identificadas en otras criptomonedas como el bitcoin por ejemplo.
Entonces, retomando la declaración, el problema radica en que las personas que afirman que la criptomoneda es un nuevo tipo de esquema Ponzi no están considerando la parte tecnológica y el valor que podría generar en otros campos como la inclusión financiera o la optimización de transacciones. En este sentido, vale la pena recordar cómo el gobierno de Finlandia informó el año pasado que utilizaría la tecnología blockchain para ayudar a los refugiados a incorporarse a ingresar a la economía digital brindándoles tarjetas Mastercard (NYSE:MA) prepagadas, esto en conjunto con la startup de Helsinki y el servicio de inmigración de Finlandia para llevar a cabo dicho proyecto.
Resulta entonces irónico que las instituciones financieras a nivel internacional no consideren y compartan la visión de países totalmente desarrollados y que su filosofía diste de la idea de una evolución dentro del sistema financiero donde, en lugar de buscar la inclusión financiera y ayudar a los países en desarrollo, se descalifique categóricamente el sistema de los criptoactivos y la forma de aprovecharlos.
En conclusión, debe tenerse muy en cuenta que una cosa con las estafas que se dan en nombre de los criptoactivos y otra, que realmente en sí mismo lo sea porque entonces pareciera que la idea sobre qué son los criptoactivos aún no queda del todo clara e incluso evidencia las contradicciones y por ende, la falta de preparación en dicho tema dentro las instituciones financieras.