Análisis realizado al cierre del mercado estadounidense por Kathy Lien, directora general de Estrategia FX en BK Asset Management.
Mario Draghi supervisó este jueves su última reunión como presidente del Banco Central Europeo. Después de servir un mandato de ocho años como uno de los banqueros centrales más influyentes del mundo, dejó a los inversores unas previsiones poco alentadoras y la advertencia de que los tipos bajos permanecerán mucho tiempo. El euro se vendió de forma masiva en respuesta, cayendo brevemente por debajo de 1,11 en el proceso. La moderación de la actividad de los sectores de la construcción y los servicios, junto con el debilitamiento de los salarios y el crecimiento del empleo, significa que los riesgos a la baja son notables. Los informes del PMI de hoy confirman que la actividad ha sido débil en Alemania y en la Eurozona. La baja inflación también es un problema persistente y, teniendo en cuenta que los precios probablemente "descenderán un poco más... todavía hace falta un amplio grado de adaptación monetaria". Los últimos datos muestran un mayor debilitamiento de la economía, de modo que Draghi ha pedido a los Gobiernos algo de espacio fiscal para actuar porque todas las uniones monetarias exitosas tienen una capacidad fiscal.
Para su sucesora, Christine Lagarde, el principal riesgo será la ralentización económica. Si bien su primera reunión de política monetaria no será hasta diciembre, la perspectiva de otro debilitamiento de los datos de la eurozona, particularmente en Alemania, debería mantener la moneda bajo presión. Los inversores están esperando pruebas de recesión y, cuando las tengan, podríamos ver nuevas pérdidas en el euro. La próxima comprobación será el informe IFO alemán del viernes. El debilitamiento del euro debería ir en contra de los pares, ya que la perspectiva de que la Fed relaje la política monetaria la semana que viene limita la caída del EUR/USD. Técnicamente, el rechazo de la MMS de 100 días significa que el par todavía podría caer por debajo de 1,1050.
Mientras tanto, el billete verde gana posiciones con respecto a las demás monedas principales. Los inversores han ignorado la disminución de los bienes duraderos cuando Markit Economics publicó unos PMI más robustos. Sus informes suelen influir menos en rumbo del mercado que los del Instituto de Gestión de Suministros, pero el hecho de que indicaran mejoras en la actividad de los sectores manufacturero y de los servicios ha sido una buena noticia para el dólar. Dicho esto, todo apunta a que la Reserva Federal recortará los tipos de interés la semana que viene y creemos que el par USD/JPY alcanzará el nivel de 108,00 antes de que eso suceda. La disminución de los bienes duraderos y las ventas de vivienda nueva ponen de relieve el debilitamiento subyacente de la economía.
Las monedas que peor actuación han ofrecido hoy han sido los dólares australiano y neozelandés. La divisa de Nueva Zelanda cayó en solidaridad con la de Australia tras unos PMI más débiles. Según cifras preliminares del CBA, la actividad de los sectores manufacturero y de los servicios se ralentizó en el mes de octubre. Además de eso, la subasta de bonos del Tesoro de Australia tuvo menos demanda que oferta. Ambas monedas están sobrecargadas y deben corregirse. Creemos que habrá otro día o dos de debilidad antes de la estabilización. El USD/CAD, por otro lado, registró nuevos mínimos de tres meses. Otras monedas principales también han descendido, así que debería ser cuestión de tiempo que se produzca un repunte provocado por la sensación de alivio.
Por último, pero no por ello menos importante, el GBP/USD retrocedió tras conocerse que la UE podría esperar hasta el lunes para decidir cuánto tiempo de aplazamiento del Brexit concederán al Reino Unido. También se ha presionado mucho a Boris Johnson con el tema de las elecciones generales en diciembre. Parece que ha dicho que dará a los parlamentarios más tiempo para debatir si aceptan la convocatoria de elecciones. El líder laborista británico, Jeremy Corbyn, por otro lado, ha dicho que esperaría a ver cuánto tiempo les da la UE antes de decidir si rechazar o aprobar la convocatoria de elecciones de Johnson. La conclusión es que el drama continuará, pero la decisión de la UE el viernes o el lunes debería suponer un gran avance.