Esta mañana, el peso se presionó al alza poco después de que se dieron a conocer los reportes del PIB y el IGAE de nuestro país, cuyos datos se ubicaron por debajo de las proyecciones del mercado. Por lo tanto, nuestra divisa se depreció en medio un ambiente con mayores preocupaciones sobre la pandemia y sus efectos en el crecimiento, lo que también fortaleció al dólar por ser un instrumento refugio de riesgo. Desde el punto de vista técnico, el indicador estocástico señala una posible deceleración de este movimiento alcista, pues esta referencia cae desde la zona de sobrecompra. Hace unos momentos, el peso perdía 0.69% cotizando alrededor de $20.34.
De acuerdo con INEGI, el PIB en nuestro país tuvo un crecimiento del 1.5% t/t durante el 2T-21, por lo que se ubicó por debajo de las expectativas de los analistas de 1.7% t/t. Además, el dato anual se revisó a la baja al 19.6%, con cifras originales, desde la lectura preliminar del 19.7%. A pesar de ello, la reapertura de más sectores de la economía en este periodo apoyó a un crecimiento del 2.0% t/t de las actividades terciarias (17.1% a/a). Por su parte, las actividades agropecuarias avanzaron 08% t/t (6.7% a/a) y las industriales 0.3% t/t (27.9%). Este retroceso de la actividad económica, respecto a la estimación previa, se confirmó con la estimación del IGAE de junio, pues la economía se contrajo 0.9% m/m, impulsada por una fuerte caída de las actividades agropecuarias en 4.4% m/m. Mientras que los sectores terciarios se contrajeron en 0.7% m/m, lo que probablemente refleja los efectos del deterioro del clima epidemiológico en el país al inicio de la última ola de infecciones de COVID-19. Aunque ello no ha llevado a la suspensión de actividades económicas, los sectores industriales tuvieron una caída del 0.5% m/m. En comparación anual, el IGAE tuvo un avance del 13.3%, con cifras originales. En las próximas sesiones, los inversionistas estarán al pendiente del avance de la pandemia para ajustar sus expectativas sobre el crecimiento económico en México.