Uno de los errores más importantes es tener prejuicios a la hora de invertir. Te cuento por qué debes estar dispuesto a escuchar todas las opiniones para evitar desaprovechar oportunidades.
La semana pasada estuve leyendo con detenimiento muchos informes de inversión que han elaborado los principales bancos del mundo sobre las perspectivas para las bolsas en lo que queda de año.
Es un ejercicio que, de vez, me gusta hacer para tener una mirada más amplia y heterogénea sobre el menú vigente de instrumentos de inversión en el mundo.
En muchas ocasiones, ese contenido me proporciona ideas para encontrar recomendaciones adecuadas para los servicios que tengo a cargo en Inversor Global: Crisis & Oportunidad y Situaciones Extraordinarias, el cual sacaremos próximamente en España.
Pero déjame comentarte un defecto que he observado en esta clase de informes de inversión generados por los grandes bancos. Al margen de los intereses "ocultos" que pueden estar defendiendo en el mensaje que ofrecen, creo que hay un sesgo muy evidente por ignorar un índice tradicional e histórico en beneficio de algo más representativo.
Principalmente estoy hablando de que el índice Dow Jones pasa prácticamente desapercibido y las miradas apuntan casi en su totalidad al índice S&P 500.
¿Por qué ocurre esto? Tratemos de encontrarle la explicación.
El índice bursátil Dow Jones Dow Jones Industrial Average es el segundo más antiguo de Estados Unidos. Fue creado por Charles Henry Dow, editor de The Wall Street Journal y co-fundador de la empresa Dow Jones & Company, durante el siglo XIX.
Originalmente nació como el índice que estaba compuesto por las 30 acciones industriales (que representaban a la industria pesada) más importantes de Estados Unidos, pero con el tiempo se fue adaptando a la nueva realidad. Hoy está compuesto por las 30 empresas más importantes de Estados Unidos, entre las que se encuentran Apple (NASDAQ:AAPL), Disney (NYSE:DIS) y Wal-Mart (NYSE:WMT), entre otras.
Pese a esta adaptación, este índice, que hizo su debut en 1896, ha quedado relegado en la consideración de los analistas porque se lo asocia, justamente, a empresas que supieron ser las promotoras del crecimiento estadounidense a principios de siglo XX para después perder protagonismo.
Casi todos prefieren tener como referencia al índice S&P 500 como testigo más representativo de Wall Street al estar constituido por las quinientas empresas más grandes por capitalización bursátil de Estados Unidos.
Claramente existe un prejuicio sobre esta visión. Y, sin duda, si tú como inversor minorista replicas ese comportamiento estarías cometiendo un error importante para tu cartera de inversión.
Prejuicio es sinónimo de malas inversiones
Como he mencionado, algunos no consideran al Dow Jones como un índice representativo porque todos sus componentes son "aburrido".
"Se trata de empresas grandes, pesadas, con poca capacidad de fuerte crecimiento y, por ende, con poco potencial de ganancias". Estas palabras tranquilamente pueden asociarse a cualquier detractor de este índice e, indirectamente, de las empresas que las componen.
Mi respuesta es con números:
- Mientras que el índice S&P 500 acumula una subida del 6,1% en lo que va del año, más de la mitad de las compañías (17 empresas) que conforman el Dow Jones superan dicho rendimiento.
- El top tres de las empresas del Dow Jones (AT&T (NYSE:T), Johnson & Johnson (NYSE:JNJ) y Verizon (NYSE:VZ)), ordenadas por retorno acumulado en 2016, muestran un retorno superior al 20%, más que triplicando la ganancia del índice S&P 500.
- Sólo 5 de las 30 empresas tienen un rendimiento negativo. Esto implica el 16% de las firmas totales, porcentaje menor al del S&P 500.
De lo anterior podemos sacar tres conclusiones importantes para el inversor.
- No tengas prejuicios con ningún activo financiero. Hacerlo te hará no usar la razón y perder oportunidades de inversión atractivas.
- Lo convencionalmente denominado aburrido puede ser muy divertido para tu cuenta cuando haces el balance anual de tu cartera de inversiones.
- No hay atajos para construir una riqueza con tus inversiones. Paciencia y diversificación son dos de los argumentos necesarios para poder tener éxito. Esto se aplica a todo inversor, sin importar el perfil de riesgo.