• Faltando 2 semanas para la elección se perciben tendencias contundentes.
• Joe Biden está cerca de asegurar 279 de los 538 votos del Colegio Electoral.
• La renovación de 35 asientos en el Senado será uno de los eventos clave.
Los mercados parecen descontar la victoria de los Demócratas en la Presidencia y el Senado
Las elecciones en Estados Unidos se llevarán a cabo el próximo 3 de noviembre, pero, faltando 2 semanas, la información reciente parece arrojar tendencias contundentes. De las 6 principales encuestas levantadas entre el 10 y el 16 de octubre, Joe Biden aventaja a Donald Trump con cerca de 54.4% de la intención del voto respecto al 45.6% de su oponente. Más aún, la participación de los demócratas a través del voto adelantado, que en 2016 representó 40% de la votación total, ha sido más del doble que la de los republicanos, por lo que la balanza de una elección marcada por el Covid-19, la crisis y la polarización se inclina en favor del partido de izquierda. No obstante, consideramos que el proceso electoral aún guarda elevada incertidumbre en torno a las sorpresas que pudieran presentarse por los efectos de variables de difícil medición asociadas al Covid, sobre todo en la elección del Senado, y las tensiones políticas que podrían acrecentarse tras el anuncio de los resultados.
Joe Biden está cerca de asegurar 279 de los 538 votos del Colegio Electoral
Dado el funcionamiento especial del Colegio Electoral, además de las encuestas de intención popular del voto es importante considerar el peso individual de cada estado sobre el resultado. Al incorporar este factor, la ventaja de Biden es aún mayor, pues los estados en los que su probabilidad de victoria es mayor al 85% le otorgarían 279 de los 538 votos del Colegio, es decir un 51%. Bajo el mismo criterio, Trump contaría con 163 votos o 30% del total, por lo que necesitaría, como mínimo, ganar en los 6 estados en los que las encuestas aún no muestran una tendencia clara: Arizona, Iowa, Ohio, Carolina del Norte, Florida, Georgia, Iowa y Ohio.
La renovación de 35 asientos en el Senado será uno de los eventos clave
Aunque es importante considerar que toda encuesta y modelo está sujeta a un margen de error, las probabilidades de victoria del candidato Demócrata lucen decisivamente superiores. No obstante, durante la jornada del 3 de noviembre también se renovarán 35 asientos de la Cámara de Senadores, lo que podría tener un impacto de similar relevancia a la elección presidencial. Actualmente, los Republicanos ocupan 53 asientos en la cámara alta del legislativo y los Demócratas 47, por lo que, de preservarse este equilibrio, es probable que EUA atraviese un periodo de parálisis política que afecte al proceso de recuperación económica.
Georgia y Kansas podrían ser las entidades que decidan el resultado
De los 35 asientos a renovarse, 23 están actualmente ocupados por Republicanos y 12 por Demócratas, siendo los estados de Georgia y Kansas aquellos en los que las encuestas están más equilibradas y que por lo tanto podrían ser decisivos para el resultado. Además, debido a la injerencia de múltiples factores locales, la elección del Senado está rodeada de una mayor incertidumbre que la presidencial y podría tener un impacto en los mercados financieros que actualmente descuentan una victoria del partido de izquierda.
La posible victoria de los Demócratas no es una limitante para las expectativas a mediano plazo
Más allá del estilo de gobierno, estrategia y objetivos particulares de cada uno de los presidentes estadounidenses, existe la noción de que los periodos gobernados por Republicanos brindan mejores resultados en materia económica. La impresión se basa en el espíritu de mayor libertad y autorregulación que es parte de los ideales de derecha, mientras que los Demócratas tienden a preferir una mayor intervención del gobierno en los asuntos económicos. No obstante, a juzgar por los resultados, la perspectiva es balanceada independientemente de la procedencia política.
Entre 1981 y 2020 ha habido 4 presidentes Republicanos y 2 Demócratas. Salvo el caso de George H. W. Bush (1989-1993) y el periodo en curso de Donald Trump, todos se han reelecto, ocupando periodos de 8 años al mando del país. Al comparar las tasas de crecimiento promedio tanto del PIB como del S&P 500, indicadores útiles para aproximar el estado general de la economía, se aprecia que el desempeño económico en EUA ha perdido dinamismo en los últimos 20 años, pero más allá de ello no es posible encontrar alguna diferencia atribuible al partido. En el caso de la administración de Barack Obama, a partir del que se fundamenta gran parte de la idea de un desempeño económico diferenciado, las bajas cifras de crecimiento absorben el impacto de la crisis financiera que detonó durante los últimos meses del gobierno anterior y que no necesariamente reflejan un manejo partidista. Al ajustar por este factor, la tasa promedio de crecimiento del PIB de la administración resulta de 2.2% a/a y la del S&P 500 llega a 12.6% a/a. De esta manera, las cifras entre Republicanos y Demócratas no son significativamente distintas en una comparación de coyuntura, premisa que ha sido validada en distintos periodos y a partir de diversas metodologías.
¿Qué esperar?
Dado que los sondeos sugieren que existe una brecha considerable entre los partidos y ya que hay poco tiempo restante para la resolución de la elección estadounidense, los mercados parecen descontar la victoria de los Demócratas, tanto en la Presidencia como en el Senado. El hecho de que en relación con ello no se hayan presentado ajustes considerables a la baja parece reflejar un voto de confianza en los cambios estructurales que, de ganar Biden, es posible sucedan en varias áreas de la política pública, desde la tributaria hasta las políticas ambiental y social.
No obstante, consideramos que el proceso electoral aún guarda elevada incertidumbre en torno a las sorpresas que pudieran presentarse por los efectos de variables de difícil medición asociadas al Covid, sobre todo en la elección del Senado. Además, existe el riesgo de que la polarización política que prevalece en EUA genere conflictos a nivel institucional que puedan extender la aversión al riesgo por varias semanas después del anuncio de los resultados. Así, pensamos que la volatilidad causada por las elecciones volverá a incrementarse pocos días antes de la elección del 3 de noviembre, cuando los principales involucrados esclarezcan sus posturas sobre los siguientes pasos.