La semana pasada se publicó el PIB de México correspondiente al tercer trimestre, en donde se mostró un crecimiento de 0.8% con respecto al segundo trimestre y 2.6% con respecto al mismo periodo del año anterior. Cabe señalar que el crecimiento promedio de México ha sido de 2.46% durante el 2015. Para que México cierre con un crecimiento anual de 2.3%, el país deberá de crecer a una tasa anual de 2% durante el cuarto trimestre del año.
Durante el 2015, la economía mexicana se ha visto afectada por factores externos que han propiciado volatilidad en el tipo de cambio y la desconfianza entre los consumidores. Lo anterior, sumado al efecto negativo de la reforma fiscal, provocó que el consumo creciera a una tasa promedio de 2.9% comparado contra el 4.5% de hace dos años.
Por su parte, la incertidumbre en torno a la normalización de tasas en Estados Unidos, ha generado una desaceleración de las exportaciones a la par de un bajo crecimiento en la inversión. Además, el bajo precio del petróleo provocó que desde febrero el gobierno anunciara un recorte del gasto público correspondiente al 0.7% del PIB. Como consecuencia, tanto Banco de México como Hacienda recortaron a lo largo del año sus pronósticos de crecimiento, siendo la última estimación en el caso de Banco de México un rango entre 1.9 y 2.4%, mientras que la Secretaría de Hacienda mantiene un rango entre 2.0 y 2.8%. Para el 2016, la expectativa de crecimiento es mayor pero sigue estando lejos del potencial.
De acuerdo a datos del Gobierno Federal, el gasto del siguiente año se enfocará en combatir la pobreza y presupuestaron un crecimiento de 1.11% del gasto público respecto al 2015. Es probable que el gasto público en realidad sea ligeramente recortado a la baja (entre 0.5 y 1%), si la expectativa del precio del petróleo sigue ubicándolo por debajo de los 50 dólares por barril. Sin embargo, el enfoque de combate a la pobreza en el gasto pudiera beneficiar el crecimiento al consumo, incrementándolo desde la tasa de este año de 2.9 a 3.7%.
Por otro lado, la inversión fija se espera que siga creciendo como consecuencia de las utilidades que generaron las empresas manufactureras en México durante el primer semestre del 2015 y es probable que en el 2016 la inversión extranjera directa, muestre un crecimiento de alrededor de 13%, alcanzando los flujos netos un valor de 30 mil millones de dólares. Cabe destacar, que el mayor monto de inversiones podría venir hasta el segundo semestre de 2016, una vez que se disipe la incertidumbre en torno a la política monetaria de la Reserva Federal. En este mismo sentido, las exportaciones podrían seguir desacelerándose (o hasta mostrando pequeñas caídas) en el primer semestre del siguiente año, para nuevamente tomar impulso durante el segundo semestre, como consecuencia del mayor crecimiento económico de Estados Unidos.
Si se toma en cuenta que el consumo representa aproximadamente el 57% del PIB, la inversión el 22% y gasto de gobierno el 25% y las exportaciones netas -4%, entonces esto muestra que la economía mexicana podría crecer alrededor del 2.3% en el 2016. El pronóstico anterior es consistente con un tipo de cambio que podría alcanzar un nuevo máximo histórico de 17.50 pesos por dólar en la parte más álgida de volatilidad, cuando la Fed suba su tasa de referencia. Otro de los supuestos, es que la Fed hará su primer movimiento al alza a más tardar en marzo de 2016 y que el Banco de México actuará inmediatamente después.