Los presidentes de los 12 bancos regionales de la Reserva Federal suelen hablar mucho, creando lo que algunos consideran una cacofonía de voces discrepantes, pero que otros ven como un matiz valioso para descifrar las tendencias del pensamiento de los responsables de la política monetaria.
Ahora no es así. La dimisión de dos de los líderes está bajo una especie de nube y su operación en el mercado de valores los ha llevado a mantener un perfil bajo, algo poco habitual entre los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto. Por un lado, solo quedan 10 presidentes para dar discursos.
Una de las que está dispuesta a hablar -la jefa de la Fed de San Francisco, Mary Daly- está poniendo el énfasis en la confianza, que es precisamente la cualidad que ha recibido un golpe.
"La confianza es nuestra herramienta más importante", dijo Daly a Kai Ryssdal de Marketplace. "Si no tenemos la confianza de la gente, nada de lo que hagamos importará".
Para asegurarse de que la gente entiende el punto, Daly lo restriega:
"La gente tiene que saber que hacemos nuestro trabajo por ellos, no por nuestros propios beneficios, así que han sido un par de semanas muy decepcionantes".
Los miembros de la junta de gobernadores también han estado relativamente tranquilos. El vicepresidente de la Fed, Richard Clarida, ha sido objeto de escrutinio por haber cambiado millones de fondos de inversión de bonos a acciones el año pasado, justo cuando la Fed se embarcaba en un estímulo masivo para apoyar el mercado de valores.
La gobernadora Lael Brainard, sin embargo, no es tan tímida. Como mínimo, es probable que Brainard se convierta en vicepresidenta de supervisión cuando el mandato de Randall Quarles finalice este mes. También hay cierto impulso para que ocupe el lugar del presidente Jerome Powell, ya que los progresistas intensifican sus ataques a sus políticas reguladoras y la controversia ética enturbia su historial.
Brainard ha opinado sobre cómo la Fed pedirá cuentas a los bancos sobre el riesgo climático, un tema que encaja en cualquiera de sus funciones. La Fed no solo incorporará los riesgos climáticos en sus pruebas de resistencia, sino que hará que los bancos tomen las direcciones que el banco central quiere que tomen.
Según dijo Brainard la semana pasada
"En última instancia, preveo que será útil proporcionar orientación de supervisión a las grandes instituciones bancarias en sus esfuerzos por medir, controlar y gestionar adecuadamente los riesgos materiales relacionados con el clima, siguiendo el ejemplo de varios otros países."
La clave está en la discreción; a la espera de la elección de Biden como presidente
Por lo demás, los miembros del FOMC están hablando de temas discretos. Loretta Mester, de Cleveland, por ejemplo, participó en una conferencia sobre ciberseguridad y Raphael Bostic, de Atlanta, tenía previsto hablar sobre economía rural en Georgia. Otros participarán en diversos eventos en octubre que no tienen como objetivo la política monetaria.
Los analistas esperan que el FOMC proceda a un anuncio en la reunión de principios de noviembre sobre la reducción de sus compras de bonos, a pesar de que el informe de empleo de septiembre apenas cumplió el umbral establecido por Powell para un informe "decente". Solo se añadieron unos decepcionantes 194,000 puestos de trabajo, pero la cifra de agosto se revisó al alza y eso podría ocurrir también con la de septiembre.
Daly, de la Fed de San Francisco, apareció en Face the Nation para comentar que era demasiado pronto para decir que el mercado laboral está "estancado".
"Va a tener estos altibajos, especialmente con la variante de Delta", dijo. "Siempre esperé que el Delta pasara factura, pero no que nos metiera en otra recesión, y estamos viendo esa factura".
Pero básicamente, todo el mundo está esperando a que la Casa Blanca apriete el gatillo en los nombramientos de la Fed, y especialmente en quién será el presidente durante los próximos cuatro años. También hay un puesto vacante en la junta de gobernadores, compuesta por siete miembros, y al menos dos salidas en los próximos meses, y quizá una tercera si no se vuelve a nombrar a Powell.
La Casa Blanca, por supuesto, está preocupada por conseguir que el Congreso apruebe sus proyectos de ley de gastos. La administración consiguió una prórroga temporal del techo de la deuda, pero los republicanos se están atrincherando en cualquier otra cooperación y dos demócratas del Senado se resisten a los billones de gastos propuestos.
Así que es posible que pase algún tiempo antes de que se produzcan anuncios de la Reserva Federal. O puede ser esta semana, ¿quién sabe?