El informe de inflación sobre el consumo en los Estados Unidos esta semana mostró un ligero aumento por encima de las expectativas, reforzando la tendencia alcista de este indicador y sugiriendo un panorama inflacionario.
La inflación aumentó un 0.4%, en línea con las previsiones de los analistas, mientras que el índice de precios de consumo básico subió un 0.4% en el mes, superando el pronóstico del mercado de un 0.3%.
En términos anuales, la inflación cerró en un 3.2% en los últimos 12 meses, y la inflación básica en un 3.8%, ambas cifras ligeramente por encima de lo esperado. Sin embargo, al examinar detenidamente los resultados, se observa que algunos sectores mostraron una inflación mínima o baja, como alimentos, hotelería, salud y seguros, que fueron los más inflacionarios en enero, indicando una desaceleración en febrero.
Por otro lado, se observa fortaleza en segmentos temporales como gasolina y otras energías, que tienden a aumentar al inicio del verano en Estados Unidos debido a las vacaciones escolares. Aunque los precios están subiendo menos que en 2023, la situación sigue siendo relativamente positiva.
Por último, las rentas siguen siendo el principal factor inflacionario, a pesar de que hay indicios de una desaceleración en los precios de alquiler en EE.UU. Es sorprendente que los precios de alquiler sigan teniendo un peso significativo en el cálculo de la inflación.
La reacción del mercado fue inicialmente positiva, pero luego se observó volatilidad en el mercado de bonos. Aunque se reduce ligeramente la probabilidad de una bajada de tasas de interés en junio, sigue siendo el escenario más probable. No obstante, se necesitan más informes económicos para confirmar esta posición, ya que el informe actual no cambia la postura de la Reserva Federal.