La FED finalmente cumplió con su muy anticipada subida de tasas de interés, que coloca las tasas que cobra a los bancos por liquidez en un rango máximo de 5.50%, o el nivel más alto en 22 años, algo que sería una anécdota interesante, si no fuera porque hay efectos importantes a considerar sobre el bolsillo de las personas, lo cual puede afectar a la economía.
El efecto más inmediato será sobre los usuarios de tarjetas de crédito, la mayoría en los Estados Unidos, por lo que pagar más intereses sobre sus balances de tarjeta muy probablemente reducirá el gasto, exactamente lo que la FED quiere que pase.
Por otro lado, se verán afectados los préstamos para adquisición de vehículos, dado que buena parte de los nuevos autos en los Estados Unidos se financian con crédito, que ahora se encuentra en niveles no vistos en varias décadas.
El otro segmento en el ojo del huracán serán las hipotecas, dado que los gastos de interés para las personas interesadas en comprar seguirá subiendo a paso acelerado, complicando la capacidad de las familias para comprar propiedades, con un efecto importante sobre las ventas en el segmento, por lo que podríamos ver un efecto no solo sobre los compradores, sino también los vendedores de propiedades.
Veremos cómo evoluciona la situación, pero si efectivamente la inflación continúa bajando, podría lograrse que la FED no necesite usar más de esta herramienta y tener un poco más de paciencia, para no seguir afectando al consumidor de los Estados Unidos. Nos quedan 2 reportes de inflación de acá a la próxima reunión de la FED, programada para el 20 de septiembre.