Estamos siendo testigos de una de las burbujas más espectaculares de la historia bursátil y esto puede significar un golpe importante cuando volvamos a la realidad. Mientras tanto, los inversores buscan caminos alternativos para sobrevivir y ganar.
“¿Cómo ves invertir en bonos de Indonesia?”, me comentó un familiar en una comida que organicé en casa el pasado fin de semana.
Lo miré desorientado, aunque luego comprendí su situación.
Él, como una buena parte del universo inversor, solía invertir el 70% de su cartera en bonos soberanos y privados.
Durante la primera parte de la década del 2000 disfrutó de una rentabilidad periódica espectacular a partir de tipos de interés muy atractivos. Sin embargo, esta situación de comodidad se fue perdiendo y agotando con el advenimiento de la crisis económica global en 2007.
A partir de entonces, la historia es muy conocida por todos nosotros.
Los bancos centrales más poderosos del mundo bajaron su tipo de interés a mínimos históricos y emitieron dinero de manera sistemática. Asimismo, intervinieron en los mercados de deuda global, comprando todo tipo de títulos para hacer bajar su rendimiento.
Buscaban que el tipo de interés baje sistemáticamente para estimular la economía mundial. Por el momento, los resultados no son los esperados: la actividad económica no se expande a un ritmo sostenido, los bancos centrales van perdiendo poder de fuego y hay una masiva burbuja en el mercado de deuda de todo el mundo.
En la actualidad, el 70% de los bonos globales rinde menos del 1% y el 30% tiene un rendimiento negativo. Sí, esto último implica que usted le paga al emisor del bono por prestarle su dinero.
¡Así de loco está el mundo!
Esta situación es insostenible pensando en el largo plazo. O la economía global va hacia un camino de normalización en los próximos años o el caos será mundial provocado por una crisis de confianza sin precedentes.
Sin embargo, la pregunta es ¿cuándo ocurrirá esto…?
No lo sabemos. Pueden pasar días, meses o años hasta que esta situación se decante por una opción u otra. En el medio, el inversor debe sobrevivir…
Y desde esa óptica entendí la consulta de mi familiar sobre el bono de Indonesia.
Mi respuesta intentó ser algo superadora y hoy quiero compartirla contigo.
La reversión del dólar
Desde comienzos de 2014 hasta febrero de este año el dólar se estuvo fortaleciendo de manera acelerada respecto a todas las monedas mundiales, especialmente las de los países emergentes como Brasil, India, Rusia, etc.
Así, a medida que la divisa estadounidense se robustecía, los precios de las materias primas caían fuertemente. Tal fue el caso del petróleo, el cobre, otros metales industriales y las materias primas agrícolas.
De esta manera, al impacto negativo de la devaluación de sus monedas (que ya traía parejo un caos económico) se le sumó la caída de los precios internacionales de los principales productos de exportación. Se trató de una fuerte desgracia para las economías emergentes.
Sin embargo, después de la gran corrección de los mercados bursátiles en el pasado mes de febrero, la situación comenzó a revertirse. Los precios de las materia primas dejaron de caer, las bolsas subieron y las monedas emergentes comenzaron a revalorizarse nuevamente contra el dólar.
Hay algunas señales que permiten pensar que esta apreciación cambiaria puede sostenerse:
- Se estima que las economías emergentes volverán a liderar el crecimiento global en 2017.
- Los tipos de interés permanecerán bajos en el mundo desarrollado ante la falta de claridad sobre la recuperación económica.
- Estados Unidos busca ganar competitividad a través de la depreciación de su moneda ya que las exportaciones se han venido declinando fuertemente desde inicios de 2014, cuando el dólar comenzó a fortalecerse.
El riesgo es que esta tendencia que comenzó en febrero de 2016 se vea alterada por un shock externo inesperado, como puede ser una desconfianza generalizada a nivel mundial.
Si esto no llegara a ocurrir, el activo que le recomendé a quien me había preguntado por los bonos de Indonesia fue el ETF VanEck Vectors JP Morgan (NYSE:JPM) EM LC Bd (NYSE: EMLC).
Déjame explicarte de qué se trata.
Se trata de un ETF cuya cartera está compuesta por bonos públicos y privados emergentes emitidos en moneda local. Para el escenario descrito anteriormente puede ser un buen activo por dos motivos fundamentales:
- Ofrece una rentabilidad muy atractiva, superior al 5% de dividend yield (tasa de rendimiento del dividendo). Los pagos son mensuales.
- Posibilidad cierta de subida del precio del ETF si las monedas emergentes continúan revalorizándose contra el dólar.
De esta manera, tenemos dos fuentes potenciales de ganancias: Renta + Capital.
¿Qué tiene este ETF en su cartera?
Veo este fondo como una alternativa de inversión de riesgo alto, pero conveniente para los actuales tiempos de depresión de los tipos de interés.
Un cartera diversificada, con un poderoso cocktail “Renta + Capital” puede ser la receta adecuada para atacar la enfermedad de los bancos centrales desarrollados.