A medida que el verano llega a su fin, los operadores de petróleo deberían empezar a prestar mucha atención a la situación energética europea. Aunque la mayor preocupación se centra en la disponibilidad y el precio del gas natural, el mercado del petróleo podría verse afectado de forma atípica si la crisis se intensifica este invierno.
Antecedentes
En su empeño por reducir las emisiones de carbono, muchos países europeos han pasado a quemar gas natural en lugar de carbón. Algunos países, como Alemania, redujeron al mismo tiempo la generación de energía nuclear mediante el desmantelamiento de centrales nucleares exitosas y aumentaron su dependencia del gas natural aún más. Rusia les proporcionó una fuente conveniente y barata de gas natural.
En 2019, el 40% del consumo de gas natural de Europa se cubría con gas ruso. Todo parecía funcionar adecuadamente hasta que Rusia invadió Ucrania y Europa occidental y Estados Unidos impuso sanciones a Rusia como respuesta. Desde entonces, los países europeos intentan desesperadamente disminuir su dependencia del gas natural en general y del gas natural ruso, en particular.
Panorama de la situación actual
El precio de la electricidad ha subido astronómicamente en toda Europa. Esto se debe a una combinación de factores, pero el componente más significativo es que el precio del gas natural se ha multiplicado por más de cuatro. Las olas de calor del verano también han supuesto una gran demanda y menos electricidad procedente de las instalaciones eólicas porque el viento no ha soplado.
Desde finales de julio, Rusia también ha reducido la cantidad de gas natural que suele enviar a través del gasoducto Nord Stream a Alemania, hasta el 20% de su capacidad habitual. Rusia achacó el recorte a cuestiones técnicas, pero Alemania afirma que se trata de una medida política. La reducción también ha repercutido en los precios de la electricidad en otros países europeos que reciben gas natural ruso o electricidad a través de Alemania.
Al mismo tiempo, la Unión Europea está presionando a sus miembros para que reduzcan su consumo de energía ahora, a fin de poder almacenar gas natural para el invierno. A principios de agosto, las reservas de gas natural de Europa estaban llenas en un 71%, por debajo del objetivo del 80% que la UE espera alcanzar para noviembre.
Las instalaciones de almacenamiento de gas de Alemania están llenas en un 75%. Pero incluso si Alemania llenara todas sus instalaciones de almacenamiento de gas natural, sólo dispondría de una quinta parte del gas natural que suele consumir, es decir, unos 2.5 meses de demanda de calefacción, industria y electricidad. Por ello, los reguladores alemanes de la energía están presionando al país para que reduzca su consumo de energía en un 20%, y por ello las empresas de servicios públicos buscan desesperadamente asegurar cargamentos de GNL de proveedores extranjeros para los meses de invierno. Este último esfuerzo ha tenido cierto éxito.
Una mirada al futuro
Alemania e Italia serán los países más afectados si Rusia interrumpe completamente los flujos de gas natural o simplemente no hay suficiente gas para satisfacer la demanda. El gobierno alemán se ha comprometido a suministrar calefacción residencial, por lo que la industria alemana se verá muy afectada por la escasez de gas natural este invierno, incluso con el racionamiento energético en vigor.
La industria alemana no dispondría de gas natural para fabricar acero y otros productos y los ciudadanos no podrían calentar sus hogares. Alemania se vería sumida en una recesión, y otras economías europeas que dependen de la industria y los productos alemanes se verían igualmente perjudicadas. No tenemos una buena idea de qué empresas e industrias serían las primeras en perder el acceso a la energía porque los reguladores alemanes todavía están tratando de averiguar qué fabricación se considera "sistémicamente relevante" para las industrias críticas (esto puede traer recuerdos de la discusión sobre qué empresas eran "esenciales" en 2020).
Si no se incrementa el flujo de gas natural procedente de Rusia, la economía alemana va a sufrir. Los altos precios de la energía ya están afectando a la economía alemana. La escasez sólo acelerará la recesión.
Cómo podrían verse afectados los mercados del petróleo
Una recesión económica en Alemania se extendería probablemente a otros países europeos. Los despidos masivos y la ralentización industrial en toda Europa provocarían un descenso de la demanda de petróleo. Sin embargo, si los precios del petróleo bajan lo suficiente, podríamos ver cómo más centrales eléctricas pasan a quemar petróleo -suponiendo que puedan pagar las compensaciones de carbono exigidas por la UE-, lo que impulsaría la demanda de petróleo. Los operadores no deben suponer que una recesión provocada por esta crisis energética se parecerá necesariamente a la reacción del mercado en anteriores crisis energéticas. Los precios de la energía y el uso de la misma han roto con los patrones históricos (tanto en EE.UU. como en Europa) debido a la excesiva dependencia del gas natural y, como resultado, la demanda de petróleo puede no caer tanto como se espera durante una recesión típica.