La fuerte recuperación en la superficie implantada con maíz en nuestro país (4.9 mill has como lo muestra la línea celeste a través del eje derecho; salto interanual superior al 35%) está dando forma un nuevo máximo histórico en la producción de maíz, ubicándose las estimaciones actuales en 37 mill tt (barras marrones y eje izquierdo, en comparación al ciclo precedente el incremento en el output excede el 30%).
Claramente este escenario está configurando un panorama holgado a nivel local, el cual seguramente quedará expuesto con el correr de los meses.
Más allá de esta situación debemos tomar en cuenta que a finales de marzo solamente se ha trillado el 11% de la superficie (barras y eje izquierdo del gráfico 2), muy por detrás de la media de los últimos 9 períodos que se ubica en torno al 23%, aunque en línea con las anteriores tres temporadas. En términos absolutos, el volumen recolectado se encuentra en 4.7 mill tt (línea roja y eje derecho), por debajo de las más de 5 mill tt promedio que se obtienen para esta época.
La consecuencia de esta situación a nivel local es que abril vale U$S 9 por encima de julio (ver gráfico 3, barras y eje izquierdo), buscando generar incentivos para que los productores se desprendan de su mercadería inmediatamente después de cosechar. El inverso actual se ubica muy cerca del pico registrado en 2014, cuando superó los U$S 10.
Este pase representa una tasa negativa cercana al 24% en dólares para adelantar la comercialización (línea roja y eje derecho, cerca de los máximos para los primeros días de abril cuando la tasa fue de prácticamente 26%). Esto constituye una forma alternativa de advertir la urgencia de mercadería que tiene el mercado en las próximas semanas.
Este estímulo que estamos señalando, respecto a negociar rápidamente la mercadería obtenida en forma temprana, se ha visto en forma ininterrumpida desde julio del año pasado (la plaza doméstica ha estado siempre invertida entre estos dos vencimientos). No obstante el pase se ha acelerado en las últimas semanas (esto queda expresado en el gráfico 4), reflejando cierta sorpresa por el retraso en la cosecha y la escasez de mercadería disponible.
Con relación a lo que podemos esperar de los precios en adelante, debemos notar que julio a nivel local está cotizando levemente por debajo de su paridad en Chicago (ver gráfico 5, tres puntos por debajo de lo que se vislumbraba hace doce meses).
De esto se desprende, considerando que con las nuevas reglas de juego de desregulación del mercado la plaza doméstica está más alineada con Chicago (mirando de 2015 hacia atrás la relación de precios ha sido como máximo del 80%), que un eventual fortalecimiento a nivel local sólo se va a producir si asistimos a una recuperación en el mercado de referencia.
A propósito de esto último, consideramos que en los próximos tres meses la volatilidad de este producto se va a acelerar, tomando en cuenta que por delante en EEUU tenemos la evolución de siembra y el reporte definitivo de superficie a finales de junio.
Concluyendo, el maíz que se está recolectando debe ser vendido rápidamente, y si consideramos que existe espacio para que se registre un panorama alcista en mediano plazo (algo que por el momento sólo podría darse por una prima climática en EEUU dado que el contexto internacional es muy holgado) podemos tomar una posición agresiva (comprar un futuro posición julio o diciembre) o bien una más conservadora (compra de Call en Matba o Chicago con idénticos vencimientos).