• Revisamos al alza nuestro pronóstico de inflación al cierre de año de 3.72% a 3.97%.
• Esperamos que la tasa de referencia no tenga cambios en lo que resta del 2021.
• El tipo de cambio resentiría menos presiones que las esperadas y cerraría en $20.95.
Actualizamos nuestros pronósticos de las principales variables
Tras incorporar el impacto de los datos económicos que se han publicado para los primeros 3 meses del año y considerando los cambios que se han presentado en el entorno local estamos actualizando nuestros pronósticos de corto plazo para las principales variables financieras. El cambio de mayor envergadura es la revisión que hacemos al alza de la inflación al cierre de año desde un nivel de 3.71% anual hasta uno de 3.97%, lo que implica que el ritmo de avance de los precios será el mayor de los últimos 3 meses. A su vez, esta modificación conlleva mayores dificultades para que se concrete un nuevo recorte en la tasa de referencia, por lo que nuestro estimado al cierre pasa de 3.75% a 4.00% y el del tipo de cambio de $21.30 a $20.95.
Revisamos al alza nuestro pronóstico de inflación al cierre de año de 3.72% a 3.97%
El ajuste que realizamos para la inflación se deriva esencialmente de los shocks que se han registrado a inicios de año y no contempla presiones permanentes para el resto de 2021. Sin embargo, el alza es significativa puesto que la inflación mensual de marzo se ubicará cerca de 0.79%, el doble de nuestra estimación original. Por otro lado, esperamos que las presiones puedan revertirse parcialmente en los siguientes meses, sobre todo las vinculadas a los precios de los energéticos, pues la normalización de la producción a nivel global limitaría su avance. Además, pensamos que la debilidad del mercado interno podría generar las condiciones para que se repita el fenómeno de aumentos de precios limitados que se vivió a finales de 2020.
Esperamos que la tasa de referencia no tenga cambios en lo que resta del año
Con este panorama, la inflación se mantendría por encima del límite de 4.0% hasta el mes de junio, por lo que consideramos que las probabilidades de un nuevo recorte son nulas. Para el segundo semestre, la mayor proximidad de ajustes correctivos en la postura monetaria de economías avanzadas y emergentes sería el principal obstáculo para una baja y esperamos que la tasa no tenga cambios. Sin embargo, en días recientes algunos de los miembros de la Junta de Gobierno de Banxico han expresado su interés en continuar con el ciclo expansivo si se presenta la oportunidad, por lo que no descartamos un nuevo recorte entre agosto y octubre si la reducción en la inflación es mayor que la esperada.
El tipo de cambio resentiría menos presiones que las esperadas y cerraría en $20.95
Por último, este ajuste en el nivel de tasas liberaría ciertas presiones sobre el peso mexicano, lo que nos permite estimar un panorama más benéfico para nuestra divisa. Sin embargo, seguimos contemplando una tendencia de depreciación en el año, que será más marcada durante junio, por la dinámica electoral y a finales de año, cuando la atención de los mercados se centre en posibles adelantos al ritmo de normalización de la postura de la Fed. Asimismo, la cotización del peso está sujeta a los vaivenes de los varios riesgos internos como las discusiones sobre la reforma al sistema eléctrico y la vulnerabilidad de las finanzas públicas.