• En octubre, la IFB registró una variación anual de -14.7% vs -13.5% esperado.
• Con cifras ajustadas por estacionalidad la inversión tuvo un avance de 2.8% m/m.
• La inversión en construcción subió 4.7% m/m, la de maquinaria solo 0.1% m/m.
En octubre, la IFB registró una variación anual de -14.7% vs -13.5% esperado
En octubre de 2020 el índice de la Inversión Fija Bruta (IFB), con cifras originales, se ubicó en 88.6 unidades, lo que implica una ligera mejora frente a las 86.0 en que se ubicó en septiembre. Sin embargo, la variación anual (a/a) fue de -14.7%, cifra que se ubica por debajo del estimado del consenso de -13.5% y con lo que los flujosse mantienen en niveles cercanos a los alcanzados en 2007. A partir de estos resultados, en el acumulado del año el indicador ha descendido 19.5%, por lo que sigue comparándose desfavorablemente con el -12.6% de las exportaciones y el -11.9% del consumo privado. De esta manera, en 2020 la caída de la inversión ha sido drástica y su participación en el PIB ha llegado a ser de solo 17%, cuando el promedio histórico de años anteriores era de 21%, lo que podría limitar el potencial para el crecimiento futuro.
Con cifras ajustadas por estacionalidad la inversión tuvo un avance de 2.8% m/m
En su comparativo mensual (m/m) y con cifras reales, la inversión aumentó 2.8% tras un retroceso de 2.6% en el mes previo, por lo que regreso a los mismos niveles observados en agosto. No obstante, al interior el desempeño no fue equitativo, pues la inversión en maquinaria y equipo tuvo solo un avance de 0.1% m/m, mientras que la construcción creció a un ritmo de 4.7%. Lo anterior se debe principalmente al efecto rebote que tuvo el segmento residencial, pues en septiembre había sufrido su segunda peor contracción de toda la década. Aún así, el segmento se ubica 3.6% por debajo de lo registrado en agosto y 13.4% abajo del máximo registrado a principios de año, por lo que la narrativa en los 4 meses finales de 2020 parece sugerir un profundo estancamiento.
Rumbo Económico
Desde 2012 la inversión en nuestro país ha presentado un patrón de estancamiento persistente, lo que en gran medida ha ocasionado las bajas tasas de crecimiento de los años recientes. Consideramos que de prevalecer esta tendencia tras la crisis del Covid-19 el crecimiento futuro no solo se tornará insostenible, sino también desigual y con mayores externalidades negativas. Así, más allá del cese de la incertidumbre causada por la pandemia, será necesaria una mejora sustancial en el clima de inversión local para poder romper con la inercia de rezago. Posterior a la publicación del dato, el peso se ha depreciado en 0.20% frente al dólar y cotiza en $19.99 en un ambiente de pocos catalizadores, pero con un fuerte nerviosismo global por la crisis política que crece en Estados Unidos durante los últimos días de la administración del presidente Donald Trump.