En febrero, los rendimientos de los bonos gubernamentales de largo plazo se dispararon al alza por la preocupación de los inversionistas de un repunte inflacionario por la inyección de estímulos fiscales. El bono del Tesoro de referencia a 10 años se incrementó de 1.07%, a inicios de febrero, hasta 1.625% en las primeras sesiones de marzo. En paralelo, la demanda del dólar aumentó, con lo que la divisa se ha apreciado de forma generalizada, pero en mayor medida frente a pares emergentes. En particular, en Latinoamérica, el real y el peso mexicano se han depreciado más de 13% y 8%, respectivamente, en lo que va del año.
Por lo tanto, en la primera semana de marzo, el índice EM-MSCI cayó 0.42%, a pesar de haber alcanzado un récord histórico el 15 de febrero en 1,732.64 pts. Aunque los rendimientos de los bonos se han estabilizados desde ayer, el dólar cotiza en su mejor nivel de los últimos 3 meses mientras los indicadores técnicos indican que la tendencia alcista de las divisas emergentes continuará en el corto plazo.