El oro finalizó la sesión con una caída de 0.67%, cotizando en 1,093.92 dólares por onza, tocando un nivel mínimo de 1,087.28 dólares por onza, no visto en 5 años. El oro retomó su tendencia negativa tras conocerse que la venta de casas existentes en Estados Unidos avanzó a un ritmo anual de 5.49 millones, su mejor expansión en 8 años. Dado que dicha cifra se suma a la larga lista de indicadores que confirman la expansión de la economía del mencionado país, la expectativa de que la Fed elevará su tasa de interés de referencia en los próximos meses se ve fortalecida, llevando a que los inversionistas disminuyan su preferencia por el oro a manera de inversión y la incrementen sobre el propio dólar estadounidense. Esta tendencia podría profundizarse la próxima semana cuando se publique el PIB del segundo trimestre de Estados Unidos y la decisión de política monetaria de la Reserva Federal.
Por su parte, el cobre mostró un importante retroceso de 1.68%, cotizando en 5,341 dólares por tonelada. La caída del commodity se da tras la declaración de Goldman Sachs (NYSE:GS) acerca de que, según sus proyecciones, la demanda de cobre en China crecerá a su menor velocidad en 20 años, destacando que espera que el commodity cotice en 4,500 dólares el próximo año. Además de la baja demanda, cabe destacar que la oferta de cobre medida en el LME de Londres continúa ubicándose en máximos, lo que perjudica las expectativas para el commodity en el corto plazo.