Una inflación persistente en Estados Unidos pone en duda los pronósticos de un pronto inicio de bajas de tasas. Los últimos datos del indicador, que es uno de los factores clave en las decisiones de política monetaria, señalan que se ha desacelerado menos de lo esperado ante un fuerte sector de empleo, elevados niveles de inversión, entre otros factores. La FED espera tener mayor confianza de que los precios estarán bajando de forma sostenible hacia el objetivo del 2%.
El mercado proyecta una rebaja de las tasas de interés por primera vez desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020, y ha apostado por tres bajas de 25 puntos base en 2024 (una cada trimestre), pero ante el ánimo de la Reserva Federal, podría descartarse que para la reunión de política monetaria a finales de abril se anuncie una rebaja, y habría que esperar al 12 de junio y ver que es lo que ocurre en la segunda mitad del año.
Por el momento, varios miembros de la FED coinciden en que la dirección del mercado implica que no haya certeza sobre la trayectoria de política monetaria en Estados Unidos. Por ejemplo, la gobernadora de la Reserva Federal, Michelle Bowman, dijo que no es momento para considerar recortes, incluso, se podrían poner sobre la mesa más aumentos si el avance en la reducción de la inflación se estanca. "Sigo viendo una serie de riesgos al alza para la inflación", comenta.
La presión para la política monetaria estadounidense coincide con un año electoral, su presidente, Jerome Powell, deja claro que una oleada de actos políticos no influirán en la decisión de bajar las tasas de interés. Powell indica que el Congreso estadounidense otorgó a la FED un alto grado de independencia respecto a sus decisiones de política monetaria para lograr el doble objetivo de máximo empleo y la estabilidad de precios; reitera que la FED procederá con cautela, y seguirá analizando los próximos indicadores económicos, estimaciones de crecimiento y el balance de riesgos, ya que las tensiones geopolíticas implican un riesgo adicional.
Durante los años electorales los mercados tienden a mostrar una posición más débil, y este año, después del proceso, el efecto sobre el sector será distinto en función de quien ocupe la presidencia. En el caso de Trump, analistas esperarían ver una mayor actividad en fusiones y adquisiciones, por parte de Biden, un presidente en ejercicio que puede implementar un fuerte incentivo para estimular la economía antes de las elecciones y así mantener el mercado de renta variable estadounidense.