El oro finalmente ha logrado romper el rango de 1.200 a 1.300 dólares por onza troy que ha prevalecido desde febrero. La recuperación por encima de 1.300 dólares ha sido apoyada por la continua debilidad del dólar estadounidense, tanto frente al euro como, más importante aún, contra el yen de Japón por las noticias de que Corea del Norte lanzó un misil sobre Japón.
Mientras que tanto el yen como los rendimientos reales de los Estados Unidos se han mantenido estables en las últimas semanas, el metal amarillo ha continuado su ascenso. Algunas de estas mejoras - que también se han visto contra la plata, su hermana dentro de los metales preciosos-, han sido impulsadas por las preocupaciones por Corea del Norte, el presidente estadounidense Donald Trump y los vaivenes del mercado de valores.
El presidente Donald Trump se está convirtiendo cada vez más en una figura aislada, sin capacidad para promulgar políticas en su país y que desata la desconfianza en el extranjero. Su irracionalidad, que a menudo se traduce en tweets incendiarios, todavía puede mover a los mercados y esta incertidumbre se ha convertido en un apoyo para el oro.
Este soporte ha sido visible a través de las acciones de los hedge funds, que durante las últimas cinco semanas han aumentando las posiciones largas y reducido las cortas. En la semana hasta el 22 de agosto, aumentaron su posición larga neta en el oro a 196.000 lotes, lo que está un 31% por debajo del récord de 287.000 lotes de julio de 2016.
La capitulación completa de la posición corta bruta del oro hasta solo 13.200 lotes ha llevado a que la relación long-short (largo-corto) saltara a 16, el nivel más elevado desde diciembre de 2012.
Dicho posicionamiento relativamente extremo en favor del lado largo (compras) podría convertirse en un problema en caso de que no rompa la resistencia, pero por ahora es una muestra de la fuerte creencia de que el oro seguirá subiendo de precio.
Mantenemos nuestro objetivo para finales de este año 2017 en 1.325 dólares la onza troy de oro por el momento pero con el riesgo sesgado al alza. Los objetivos son los máximos alcanzados tras las elecciones estadounidenses y después del Brexit del Reino Unido, es decir: 1.337 y 1.375 dólares, respectivamente. Este último nivel representa el 38,2% del retroceso de la ola de ventas de 2011 a 2015, y fue en ese punto donde el rally de 2016 se quedó sin fuerza.
La ruptura y el cierre por encima de 1.295 dólares por onza de ayer ayudó a activar la compra adicional de CTAs y otros inversores de momentum (impulso). Sobre esa base, los dos niveles clave de soporte están en 1.295 dólares y en los mínimos del viernes, de 1.276.
Fuente: DIF Markets