A diferencia de las anteriores campañas la soja nueva a nivel local está mostrando una escasa volatilidad desde que ha comenzado la siembra, aunque debemos remarcar que estamos atravesando el peor marzo de la última década.
Esto queda en evidencia en el gráfico 1, donde la evolución de soja mayo del año en curso está representada por la línea roja; en términos de variabilidad de precios entre máximos y mínimos se observa una diferencia del 13%, muy por debajo del 23% del año pasado y del 60% récord en 2008.
A partir de esta situación resulta interesante examinar los números que podría arrojar la soja en el ciclo 16/17. Para ello se toma como ejemplo un campo propio en el sur de Santa Fe, tomando los costos publicados por la revista Márgenes Agropecuarios (flete corto de 30 kms y largo de 200 kms). Debemos notar que es una de las zonas más aptas a nivel nacional, con lo cual el atractivo de este cultivo en otras regiones se ubicará muy por debajo de lo expuesto.
En el análisis histórico de esta región se utilizan los rindes promedio de cada temporada publicados por el Panorama Agrícola Semanal de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, al tiempo que para esta campaña se toma la productividad media desde el ciclo 05/06.
Por el lado de los precios, para las temporadas anteriores se considera el promedio entre octubre (comienzo de siembra) y el vencimiento de la posición mayo en el Matba (mediados de ese mes); en lo relativo a este año comercial se toma la media acumulada desde octubre del año pasado.
En este contexto, analizando la tabla 1 que se presenta a continuación, el margen bruto por hectárea para esta campaña llegaría a U$S 320. Esto implica más del doble en comparación al período anterior, en tanto que resulta ligeramente superior a lo vislumbrado en el ciclo 14/15.
Más allá de esta recuperación, seguimos viendo que los márgenes se encuentran muy lejos del registro 07/08 (en ese momento superaron los U$S 550, lo que marca que en la actualidad estamos un 42% por debajo).
Por su parte, un ratio que vale la pena examinar es margen bruto/costos totales para saber qué es lo que está ocurriendo con esta actividad en términos de rentabilidad.
En este sentido, y tal como queda expuesto en el gráfico 2, esta relación supera el 85% en el actual período y se está transformando en el mayor nivel desde la campaña 12/13. El cambio en los números de la soja respecto al ciclo previo resulta brusco, tomando en consideración que en ese momento ha sido del 35%.
Desde otro punto de vista, un dato positivo es que la productividad necesaria para cubrir los gastos fijos (ver gráfico 3) es la segunda más baja de las últimas 6 temporadas; en este sentido con los números actuales se requieren algo más de 11.5 qq/ha para recuperar lo invertido inicialmente, muy por debajo del 16.2 qq/ha del año pasado.
De esta manera, nuevamente nos acercamos a los pisos registrados en 06/07 y 10/11, cuando en forma respectiva se necesitaban 9 y 9.5 qq/ha para recuperar los desembolsos iniciales.
A pesar de que las cuentas 16/17 muestran una mejora sensible en la evolución interanual, el escenario dista de ser el ideal. Por su parte, la viabilidad del cultivo continúa dejando dudas en zonas marginales y también para los que trabajan en campo alquilado.
Por otro lado, en relación al maíz, la soja ha perdido terreno casi permanentemente en los últimos dos meses a partir de que el ratio soja mayo/maíz abril en Matba ha pasado de niveles de 1.85 a menos de 1.65 en estos momentos (mínimo desde mediados del año pasado, esto queda expresado en el gráfico 4).
Sin embargo, si lo cotejamos con el ciclo previo (considerando un esquema similar de retenciones) el escenario actual resulta más atractivo para la soja como resultado de que doce meses atrás este ratio superaba ligeramente 1.40.