Este ha sido un año de recuperación de los commodities, enfocado en los precios de energía y metales preciosos. El panorama es mixto para los agrícolas: Trigo y Maíz a la baja y la Soja con una recuperación parcial, aunque con una caída de 19% desde el máximo de junio. Uno de los motivos se debe al incremento permanente en las estimaciones de oferta de la USDA para la campaña 2016/2017, lo cual estuvo afectando los precios en los últimos meses. Al mismo tiempo, los siguientes factores contribuyen a la baja del commodity: La curva de futuros pasó de estar invertida (backwardation) a normal (contango), señal que la oferta ya es mayor que la demanda del mercado. La apreciación del dólar (Índice DXY) tras las expectativas de subas de tasas de interés de la Fed. La posición compradora neta de los fondos especulativos de inversión se mantiene en un nivel intermedio, sin dar indicios de la dirección de precios.
Desde el punto de vista técnico, los osciladores como el RSI y MACD indican una leve mejora en el corto plazo. No obstante, el reciente Deadh Cross señala un cambio de tendencia bajista para el mediano plazo. Si el dólar continúa su apreciación y la soja quiebra el soporte que se ubica en USD 344, podría habilitar caídas hacia un rango inferior de precios en torno a USD 315 y 338 la tonelada. Para salir de la zona de riesgo, la soja debería superar la resistencia que se ubica en torno a USD 365/370. Para confirmar dicho escenario, se necesitaría que las condiciones climáticas empeoraran o el dólar se depreciara, condiciones que hoy día tienen baja probabilidad.