París, la “Ville Lumiere”, la Ciudad de la Luz, quedó a oscuras en una noche de pesadilla, como resultado de una cadena de atentados perpetrados por no se sabe aún quién este viernes por la noche en los distritos X y XI, cuando los parisinos disfrutaban de los cafés, bares y bistrots de la capital.
El periódico Libération menciona que varias personas armadas con fusiles de asalto, entre cinco o seis según algunos testigos, abrieron fuego en un bar llamado “Le Carillon”. Poco después, en la sala de fiestas de nombre “Bataclan”, donde tocaba el grupo Eagles of Death Metal, se escuchó otra gran detonación y una balacera provocando una masacre dentro del antro. Se habla de 15 personas muertas.
Al mismo tiempo, dos hombres disparaban “más de 100 tiros” en la terraza de un café sobre la calle Charonne. Y un poco más allá, cerca del Estadio de Francia, donde jugaban la selección de Francia contra la de Alemania un partido amistoso en presencia del presidente Francois Hollande, se escuchaban dos o tres detonaciones, lo que forzó la evacuación en helicóptero del presidente francés para establecer una célula de crisis.
Algunas fuentes hablan, en total, de 45 muertos y otras de 60, así como de decenas de heridos y cien rehenes. El presidente ha decretado el estado de urgencia y el cierre de fronteras y ha calificados los sucesos de ataques terroristas.
La autoría se desconoce. Pero once meses después de aquel ataque a Charlie Hebdo, en los primeros días de este año, la bella ciudad de París se vuelve a oscurecer. En aquel entonces se trató de dos hombres armados con rifles de asalto y enmascarados que al grito de “Al lahu ákbar” (Dios es el más grande) mataron a 11 personas, también en el distrito XI.
Esta vez eran muchos más, y el presidente francés ha dicho que sabe quiénes son y de dónde vienen. “Je suis Charlie” fue el slogan tras aquella masacre. Ahora París sobrepasa a Charlie, la ciudad de la luz no sólo por la admiración que en su día provocó la iluminación con linternas de sus calles, sino por querer ser un pueblo libre que luchó por la libertad, la igualdad y la fraternidad, una luz que sin miedo se volverá a abrir paso por unas calles de la ribera del Sena que ahora están vacías. "Nous sommes Paris et nous n´avons pas peur".