En las primeras sesiones de junio, las volatilidades implícitas del par USM/MXN continuaban disminuyendo hacia su nivel más bajo desde finales de febrero 2020 junto con las de otras divisas, pues los mercados operaban con cautela a la espera de más información sobre la inflación al consumidor en EE.UU. Sin embargo, los datos reflejaron una desaceleración de las recientes presiones al alza. Por lo tanto, los inversionistas calmaron sus preocupaciones sobre los precios previo al sorpresivo cambio de postura de la FED a una mucho más hawkish de lo esperado. En respuesta, el dólar se apreció a lo largo de mercado y eso llevó al peso spot a perder más del 4% s/s. En respuesta, los operadores del mercado de opciones ajustaron sus expectativas sobre la posición del peso y la volatilidad implícita aumentó en hasta 43.5% s/s (1 semana) al 18 de junio.
Sin embargo, la semana pasada, Banxico también sorprendió al mercado, al decidir aumentar la tasa de interés en 25 pb hasta el 4.25%, este fue un catalizador de la recuperación de nuestra moneda y un nuevo ajuste en las proyecciones de sus cotizaciones. Con ello, las volatilidades implícitas se redujeron en un promedio del 13.8% s/s al cierre de la semana pasada. Pero, en lo que respecta al corto plazo, los inversionistas aún están cautelosos por la situación del mercado laboral en EE.UU. y, con ello, los instrumentos cuyas cotizaciones dependen del peso podrían depreciarse si la creación del empleo se acelera y respalda la posición del dólar.