(Actualiza con muerte de cuatro militares)
Por Luis Jaime Acosta
BOGOTÁ, 17 jun (Reuters) - Ataques de las FARC causaron la muerte de cuatro soldados y la interrupción del bombeo petrolero por el segundo mayor oleoducto de Colombia, informó el Ejército el miércoles, en medio de un recrudecimiento de la violencia y el llamado de la guerrilla a un cese bilateral del fuego durante el diálogo de paz.
Los militares murieron el miércoles cuando guerrilleros activaron explosivos al paso de una patrulla y luego le dispararon con fusiles y ametralladoras en una zona selvática del departamento del Caquetá, en el sur del país, detalló el Comando del Ejército.
Horas antes, el Ejército reportó otros dos ataques con explosivos contra el oleoducto Caño Limón-Coveñas que provocaron un considerable derrame de crudo en el río de Tibú, que desemboca en El Catatumbo, fronterizo con Venezuela.
Esos atentados, ocurridos el martes cerca de los municipios de Teorama y Tibú, en el departamento de Norte de Santander (MADRID:SAN), y que la fuerza militar también atribuyó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), causaron la suspensión del bombeo de crudo por el oleoducto.
Sin embargo, no interrumpieron de inmediato las exportaciones ni la producción de crudo en los campos que opera Occidental Petroleum Corp (NYSE:OXY) OXY.N .
El oleoducto Caño Limón-Coveñas de 780 kilómetros de longitud tiene capacidad para transportar a diario unos 210.000 barriles de crudo que se producen en los campos del departamento del Arauca, hasta un puerto en el Mar Caribe desde donde se exporta.
Las FARC rompieron un cese unilateral del fuego desde hace más tres semanas en represalia por un bombardeo en el que murieron 27 rebeldes, incluido un líder que participó en la negociación de paz que mantiene con el Gobierno en Cuba.
Desde entonces las FARC, que cuentan con unos 8.000 combatientes y son consideradas terroristas por Estados Unidos y la Unión Europea, han cometido más atentados que en los primeros cinco meses del año. Las Fuerzas Militares también han respondido con ataques y bombardeos en los que han muerto varios rebeldes.
Los nuevos ataques contra el Ejército y la infraestructura productiva de la cuarta economía de América Latina coincidieron con el inicio el miércoles en La Habana de un nuevo ciclo de la negociación de paz, con la que se busca poner fin a un conflicto interno de más de medio siglo que ha dejado 220.000 muertos y millones de desplazados.
A pesar del recrudecimiento de las hostilidades en los últimos meses, las FARC instaron a "dejar de lado las desavenencias" y se pronunciaron "una vez más por un acuerdo de cese bilateral del fuego que traiga alivio y nuevas esperanzas a nuestro pueblo", según un comunicado leído a periodistas.
Los ataques de la guerrilla después de la ruptura del cese al fuego unilateral han golpeado oleoductos, torres de energía, carreteras, acueductos, hechos que han afectado a la población civil y han aumentado la desconfianza de que se pueda lograr la paz.
De acuerdo con analistas, la guerrilla busca demostrar su poder militar y presionar al Gobierno a pactar un cese bilateral de hostilidades, pese a que el presidente Juan Manuel Santos insiste en que sólo lo hará al final de la negociación. (Reporte de Luis Jaime Acosta. Con reporte adicional de Nelson Acosta en La Habana; Editado por Gabriel Burin y Silene Ramírez)