México, 30 sep (EFE).- El Gobierno mexicano consideró hoy un "éxito" la segunda fase de la licitación petrolera tras la apertura del sector al capital privado y una prueba del avance de la reforma energética impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto.
Con tres bloques adjudicados de los cinco a concurso, la segunda fase de la llamada Ronda Uno mostró ser, según el Gobierno, el espaldarazo que necesitaba esta reforma, que si bien fue aprobada a raíz del Pacto por México firmado a finales de 2012 por los principales partidos del país, no ha estado exenta de polémica.
Este número de contratos contrasta con el decepcionante primer concurso, celebrado en julio pasado, que terminó con 12 de las 14 áreas contractuales en licitación desiertas.
"Son resultados muy satisfactorios. Estamos muy contentos porque se confirma el éxito de la reforma energética", dijo en rueda de prensa el presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), Juan Carlos Zepeda, quien destacó que se recibieron 15 ofertas válidas en una competición "intensa" en dos de los tres bloques adjudicados.
El bloque 1, que fue el más disputado, consta de tres campos (Amoca, Miztón y Tecoalli) y fue para la italiana ENI (MILAN:ENI) International, mientras que el segundo, consistente en el campo Hocki, se lo llevó el consorcio de las argentinas Pan American Energy y E&P Hidrocarburos y Servicios, que cuenta con inversionistas españoles.
Por último, el cuarto bloque (campos Ichalkil y Pokoch) fue entregado al grupo conformado por la estadounidense Fieldwood Energy (Estados Unidos) y la mexicana Petrobal, el único postulante.
La subsecretaria de Hidrocarburos, Lourdes Melgar, indicó que el resultado de hoy es una prueba de que el país es interesante para los inversionistas, a pesar de un contexto internacional de precios bajos del crudo.
Dijo que al final de la Administración actual, en 2018, se espera que estos bloques, ubicados en aguas someras de los estados de Tabasco y Campeche (sureste), empiecen a producir y que, en su momento pico, den cerca de 90.000 barriles al día.
Con ello, el Gobierno espera una inversión total de 3.000 millones de dólares para estos tres contratos para la extracción de hidrocarburos bajo el modelo de producción compartida.
Por su parte, el subsecretario de Ingreso de la Secretaría de Hacienda, Miguel Messmacher, recordó que el Estado recibirá la participación en la utilidad operativa propuesta por las compañías y los impuestos contemplados en el marco fiscal.
"Además, los contratos contienen elementos de progresividad que permitirán que el Estado se lleve más utilidades si hay sorpresas positivas en volumen o precios", destacó.
El optimismo oficial se ha contagiado, aunque con matices, entre los analistas del sector. Es el caso del grupo financiero Intercam Banco, que estimó que la segunda fase no fue "un éxito rotundo", pero "cumplió con la mejora esperada" frente a la primera convocatoria.
Ello, "gracias a los cambios hechos por el propio Gobierno y a que el riesgo exploratorio fue prácticamente nulo".
Zepeda coincidió en que hubo "lecciones aprendidas de la primera licitación", además de "ajustes" y "mejores mecanismos".
Entre ellos mencionó que esta vez, a diferencia de la primera fase, las compañías interesadas conocieron con varios días de anticipación los valores mínimos de las variables de adjudicación fijados por la Secretaría de Hacienda.
En el marco de la Ronda Uno se han anunciado hasta la fecha tres convocatorias. La tercera se compone de 26 campos terrestres de hidrocarburo y la apertura de sobres se celebrará a mediados de diciembre.
La Ronda Uno supone la primera entrada de capital privado en el sector petrolero tras casi ocho décadas de monopolio estatal. En 2014, la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) ejerció su derecho exclusivo para escoger los campos en la denominada Ronda Cero.