En las recientes elecciones presidenciales iraníes, Saeed Jalili, de línea dura y antiguo negociador nuclear leal al líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, ha tomado una ligera ventaja sobre su oponente moderado, el legislador Massoud Pezeshkian. Con más de 10,3 millones de votos escrutados, Jalili ha obtenido más de 4,26 millones de votos, mientras que Pezeshkian ha cosechado aproximadamente 4,24 millones, según ha anunciado hoy el funcionario del Ministerio del Interior Mohsen Eslami en la televisión estatal.
Las elecciones, que se celebraron el viernes, han estado marcadas por una participación inferior a la esperada, estimada en torno al 40%. Se trata de un descenso significativo en comparación con elecciones anteriores, lo que indica una posible crisis de legitimidad en medio del descontento de la población por los problemas económicos y las limitaciones de las libertades políticas y sociales. Los observadores señalaron que los colegios electorales de Teherán y otras ciudades no estaban tan concurridos como se preveía.
Tras la prematura muerte del presidente Ebrahim Raisi en un accidente de helicóptero, la agencia de noticias iraní Tasnim informó de que es muy probable que se celebre una segunda vuelta electoral para determinar el próximo presidente. Las elecciones se celebran en medio de un aumento de las tensiones regionales y del escrutinio occidental sobre el rápido avance del programa nuclear iraní.
El papel del presidente en Irán, aunque influye en las operaciones cotidianas del gobierno y en el tono de la política exterior e interior, está subordinado en última instancia al líder supremo, que tiene la última palabra en asuntos importantes de Estado. Jalili, conocido por su firme creencia en el sistema de gobierno islámico de Irán, ha hecho campaña sobre temas de justicia, lucha contra la corrupción y apoyo a los pobres, distanciando específicamente su postura en política exterior del acuerdo nuclear.
Su rival moderado, Pezeshkian, se ha centrado en la reforma económica, la liberalización social y la pluralidad política. También ha abordado la cuestión de los derechos de la mujer, haciendo referencia a la controvertida muerte de Mahsa Amini en 2022 mientras estaba bajo custodia de la policía de moralidad, que provocó protestas generalizadas.
La elección ha dividido a los votantes: algunos han expresado su apoyo a la mezcla de puntos de vista tradicionales y liberales de Pezeshkian, mientras que otros han llamado al boicot, utilizando el hashtag #ElectionCircus en las redes sociales. Los críticos sostienen que participar en las elecciones legitimaría el régimen actual, especialmente tras la violenta represión de las protestas en el periodo 2022/23, en el que se produjeron importantes bajas y detenciones.
Mientras continúa el recuento y se vislumbra la posibilidad de una segunda vuelta, el resultado final de estas elecciones marcará el futuro inmediato de la política nacional e internacional de Irán.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.