por Adrian Estañol Casáis
(Retransmite la historia publicada el 20 de febrero)
Infosel, febrero. 21.- El gobierno mexicano dijo que reconoce la importancia de la inversión del sector privado en la industria energética, sin embargo, todo indica que por ahora el gobierno de Andrés Manuel López Obrador mantendrá congelado el otorgamiento de nuevos contratos para la exploración y producción petrolera.
Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia, dijo que si bien los contratos entregados a empresas del sector privado, a raíz de la reforma legal y constitucional de 2013 y 2014, que abrió la industria a los capitales privados, están comenzando ya a producir nos "vamos a quedar como estamos", por lo pronto.
Romo Garza, quien hasta hace unos meses pensaba que esas actividades de entregas de nuevos contratos podrían reanudarse, agregó que la postura de congelar las subastas de yacimientos petroleros se sostendrá también para extraer crudo en aguas profundas.
"En los próximos meses veremos si hay una valoración" para cambiar esta situación, dijo Romo, un conocido empresario que se unió al equipo de López Obrador desde su campaña presidencial al, durante su participación en el Foro de Fondos 2020, organizado por la Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles (AMIB).
El cambio de tono, al menos por parte de Romo, en cuanto a la posibilidad de otorgar nuevos campos a particulares, se da a pesar de los recientes descubrimientos de crudo que han anunciado algunas empresas privadas recientemente y que ganaron contratos en las también llamadas rondas petroleras que organizó el gobierno anterior en el periodo 2015-2018.
Hace unos días, la petrolera italiana ENI (MI:ENI) anunció, de hecho, el hallazgo de petróleo en uno de sus pozos exploratorios en aguas someras del Golfo de México, frente a las costas de Tabasco y Campeche.
Otro caso similar ha sido el de la petrolera Talos Energy y sus socios Wintershall DEA y Premier Oil, que anunciaron hace algunos meses el hallazgo de un mega-yacimiento, conocido como Zama, también en aguas someras mexicanas.
Esos dos ejemplos son algunos de los que esgrimen integrantes de la industria petrolera mexicana y expertos en asuntos energéticos para tratar de persuadir a López Obrador que reabra las subastas de campos petroleros a particulares, que tienen el capital, los conocimientos y las ganas por extraer el crudo del país --con sus consecuentes beneficios para las finanzas públicas, la inversión, el crecimiento y el empleo.
Claro que las palabras de Romo en el foro confirman que López Obrador sigue resistiendo a las crecientes presiones para modificar su política energética.
Hasta ahora, el mandatario se ha ceñido a la política inicial de su administración de dejar que las empresas que ganaron contratos en el pasado los sigan atendiendo, más no otorgar nuevos.
López Obrador también ha dicho, y se mantiene en eso, que aquellas empresas interesadas en participar en la industria petrolera nacional lo pueden hacer a través de contratos de servicios con la empresa petrolera estatal, Petróleos Mexicanos.
Al mismo tiempo que otros segmentos del sector, como el de la refinación o el de la producción de petroquímicos, siguen abiertos a los capitales privados.
Claro que hasta ahora el sector privado no es el único que ha tenido éxito en sus trabajos exploratorios. Pemex al parecer también ya detectó un mega-yacimiento con recursos prospectivos por cinco mil millones de barriles de crudo equivalente en Veracruz, de acuerdo con un reporte del diario El Universal, que citó fuentes no identificadas.
La esperanza de algunos participantes de la industria se centra en que los contratos otorgados en el pasado comiencen cada vez más a arrogar buenos resultados. Algo que, de ocurrir, debilitaría los argumentos del presidente para congelar las rondas porque las empresas privadas no han dado los resultados esperados ni han invertido lo prometido.
Una creciente producción privada podría ayudar a que México alcance la meta propuesta por López Obrador en materia de producción de crudo para finales de su gobierno, en 2024, de 2.4 millones de barriles diarios, o 700 mil más de los que hoy México produce de 1.7 millones.
"La mayoría de las buenas noticias y nuevos descubrimientos están viniendo del lado de la iniciativa privada", dijo en entrevista Luis Gonzali, analista con la empresa administradora de fondos de inversión, Franklin Templeton, la cual incluso invierte en bonos de Pemex. "Uno o dos años más, si empieza a aumentar la producción por parte de la iniciativa privada, [el gobierno] tendría todos los incentivos para soltar contratos como lo hizo" la administración anterior.
A pesar de que las nuevas licitaciones se mantienen suspendidas, Romo insistió que el gobierno considera clave ganarse la confianza del sector privado en el sector energético, por lo que permanece abierto a la iniciativa privada.
Romo destacó, por ejemplo, que la participación de los capitales privados podría darse en 80% de las actividades del sector petroquímico, así como en 46% de la generación de energía eléctrica y en hasta 20% de la red de gasoductos.
El también empresario, incluso presumió que existen una diversidad de proyectos de inversión en el sector de energía y petróleo que podrían llegar a representar inversiones por 100 mil millones de dólares en los próximos cinco años.
"Estamos viendo en detalle para poder aterrizar esos proyectos. . . espero en dos semanas tengamos listo [el proyecto de energía] para presentárselos", dijo el jefe de la Oficina de la Presidencia a medios de comunicación, tras participar en el foro organizado por AMIB en el Museo Interactivo de Economía, en Ciudad de México. "Este plan de energía va a ser clave e importante para ganarnos la confianza de un sector ha estado en una disputa en los últimos meses".
Para Samantha Ricciardi, la directora general de BlackRock (NYSE:BLK) México, el mayor gestor de inversiones a nivel global, el mensaje da Romo da una mayor cabida al sector privado, pero mantiene la cautela sobre lo que se anuncie en el plan de energía.
"Tenemos que ver qué va a salir. . . lo que es de facto es que no se han tocado los contratos que existen, pero no hemos visto nada nuevo", agregó Ricciardi, en entrevista.
A pesar de este optimismo, las nuevas inversiones en exploración permanecen estancadas tras la suspensión de las licitaciones de campos petroleros.
De los 200 pozos petroleros activos que hay en México, solo ocho son nuevos, lo que representa 1% de la producción, de acuerdo con cifras de Franklin Templeton, además de que la petrolera estatal enfrenta una complicada situación para hacer repuntar su producción de crudo, luego de que varios gobiernos anteriores desatendieron a esa compañía o la usaron con fines para financiar el gasto público y no sus capacidades productivas.
"Durante 10 años, [los gobiernos de Vicente] Fox y una parte de [el gobierno de Felipe] Calderón le metieron a Pemex lo mínimo necesario, entonces traemos un rezago importante y se va a seguir rezagada", dijo Gonzali en la entrevista.
Para el estratega, el gobierno de López Obrador busca compensar esta falta de inversión en Pemex, pero los resultados no se verán en el corto o mediano plazo. Él estima siete años para que comiencen a reflejarse. Por ello, los analistas han resaltado la importancia de reactivar las rondas para la inversión privada.
(Retransmite la historia publicada el 20 de febrero)
Infosel, febrero. 21.- El gobierno mexicano dijo que reconoce la importancia de la inversión del sector privado en la industria energética, sin embargo, todo indica que por ahora el gobierno de Andrés Manuel López Obrador mantendrá congelado el otorgamiento de nuevos contratos para la exploración y producción petrolera.
Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia, dijo que si bien los contratos entregados a empresas del sector privado, a raíz de la reforma legal y constitucional de 2013 y 2014, que abrió la industria a los capitales privados, están comenzando ya a producir nos "vamos a quedar como estamos", por lo pronto.
Romo Garza, quien hasta hace unos meses pensaba que esas actividades de entregas de nuevos contratos podrían reanudarse, agregó que la postura de congelar las subastas de yacimientos petroleros se sostendrá también para extraer crudo en aguas profundas.
"En los próximos meses veremos si hay una valoración" para cambiar esta situación, dijo Romo, un conocido empresario que se unió al equipo de López Obrador desde su campaña presidencial al, durante su participación en el Foro de Fondos 2020, organizado por la Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles (AMIB).
El cambio de tono, al menos por parte de Romo, en cuanto a la posibilidad de otorgar nuevos campos a particulares, se da a pesar de los recientes descubrimientos de crudo que han anunciado algunas empresas privadas recientemente y que ganaron contratos en las también llamadas rondas petroleras que organizó el gobierno anterior en el periodo 2015-2018.
Hace unos días, la petrolera italiana ENI (MI:ENI) anunció, de hecho, el hallazgo de petróleo en uno de sus pozos exploratorios en aguas someras del Golfo de México, frente a las costas de Tabasco y Campeche.
Otro caso similar ha sido el de la petrolera Talos Energy y sus socios Wintershall DEA y Premier Oil, que anunciaron hace algunos meses el hallazgo de un mega-yacimiento, conocido como Zama, también en aguas someras mexicanas.
Esos dos ejemplos son algunos de los que esgrimen integrantes de la industria petrolera mexicana y expertos en asuntos energéticos para tratar de persuadir a López Obrador que reabra las subastas de campos petroleros a particulares, que tienen el capital, los conocimientos y las ganas por extraer el crudo del país --con sus consecuentes beneficios para las finanzas públicas, la inversión, el crecimiento y el empleo.
Claro que las palabras de Romo en el foro confirman que López Obrador sigue resistiendo a las crecientes presiones para modificar su política energética.
Hasta ahora, el mandatario se ha ceñido a la política inicial de su administración de dejar que las empresas que ganaron contratos en el pasado los sigan atendiendo, más no otorgar nuevos.
López Obrador también ha dicho, y se mantiene en eso, que aquellas empresas interesadas en participar en la industria petrolera nacional lo pueden hacer a través de contratos de servicios con la empresa petrolera estatal, Petróleos Mexicanos.
Al mismo tiempo que otros segmentos del sector, como el de la refinación o el de la producción de petroquímicos, siguen abiertos a los capitales privados.
Claro que hasta ahora el sector privado no es el único que ha tenido éxito en sus trabajos exploratorios. Pemex al parecer también ya detectó un mega-yacimiento con recursos prospectivos por cinco mil millones de barriles de crudo equivalente en Veracruz, de acuerdo con un reporte del diario El Universal, que citó fuentes no identificadas.
La esperanza de algunos participantes de la industria se centra en que los contratos otorgados en el pasado comiencen cada vez más a arrogar buenos resultados. Algo que, de ocurrir, debilitaría los argumentos del presidente para congelar las rondas porque las empresas privadas no han dado los resultados esperados ni han invertido lo prometido.
Una creciente producción privada podría ayudar a que México alcance la meta propuesta por López Obrador en materia de producción de crudo para finales de su gobierno, en 2024, de 2.4 millones de barriles diarios, o 700 mil más de los que hoy México produce de 1.7 millones.
"La mayoría de las buenas noticias y nuevos descubrimientos están viniendo del lado de la iniciativa privada", dijo en entrevista Luis Gonzali, analista con la empresa administradora de fondos de inversión, Franklin Templeton, la cual incluso invierte en bonos de Pemex. "Uno o dos años más, si empieza a aumentar la producción por parte de la iniciativa privada, [el gobierno] tendría todos los incentivos para soltar contratos como lo hizo" la administración anterior.
A pesar de que las nuevas licitaciones se mantienen suspendidas, Romo insistió que el gobierno considera clave ganarse la confianza del sector privado en el sector energético, por lo que permanece abierto a la iniciativa privada.
Romo destacó, por ejemplo, que la participación de los capitales privados podría darse en 80% de las actividades del sector petroquímico, así como en 46% de la generación de energía eléctrica y en hasta 20% de la red de gasoductos.
El también empresario, incluso presumió que existen una diversidad de proyectos de inversión en el sector de energía y petróleo que podrían llegar a representar inversiones por 100 mil millones de dólares en los próximos cinco años.
"Estamos viendo en detalle para poder aterrizar esos proyectos. . . espero en dos semanas tengamos listo [el proyecto de energía] para presentárselos", dijo el jefe de la Oficina de la Presidencia a medios de comunicación, tras participar en el foro organizado por AMIB en el Museo Interactivo de Economía, en Ciudad de México. "Este plan de energía va a ser clave e importante para ganarnos la confianza de un sector ha estado en una disputa en los últimos meses".
Para Samantha Ricciardi, la directora general de BlackRock (NYSE:BLK) México, el mayor gestor de inversiones a nivel global, el mensaje da Romo da una mayor cabida al sector privado, pero mantiene la cautela sobre lo que se anuncie en el plan de energía.
"Tenemos que ver qué va a salir. . . lo que es de facto es que no se han tocado los contratos que existen, pero no hemos visto nada nuevo", agregó Ricciardi, en entrevista.
A pesar de este optimismo, las nuevas inversiones en exploración permanecen estancadas tras la suspensión de las licitaciones de campos petroleros.
De los 200 pozos petroleros activos que hay en México, solo ocho son nuevos, lo que representa 1% de la producción, de acuerdo con cifras de Franklin Templeton, además de que la petrolera estatal enfrenta una complicada situación para hacer repuntar su producción de crudo, luego de que varios gobiernos anteriores desatendieron a esa compañía o la usaron con fines para financiar el gasto público y no sus capacidades productivas.
"Durante 10 años, [los gobiernos de Vicente] Fox y una parte de [el gobierno de Felipe] Calderón le metieron a Pemex lo mínimo necesario, entonces traemos un rezago importante y se va a seguir rezagada", dijo Gonzali en la entrevista.
Para el estratega, el gobierno de López Obrador busca compensar esta falta de inversión en Pemex, pero los resultados no se verán en el corto o mediano plazo. Él estima siete años para que comiencen a reflejarse. Por ello, los analistas han resaltado la importancia de reactivar las rondas para la inversión privada.