En una postura firme en materia de política económica, el Ministro alemán de Hacienda, Christian Lindner, ha confirmado que el plan de desgravación fiscal de 23.000 millones de euros propuesto, destinado a mitigar las presiones inflacionistas, no es negociable. La desgravación, que se extenderá hasta 2026, consiste en aumentar en tres tramos la asignación exenta de impuestos y elevar el nivel de renta a partir del cual se aplica el tipo impositivo más alto.
Lindner, representante del Partido Democrático Libre (FDP), reveló su postura inamovible en una entrevista con Welt am Sonntag, publicada el sábado. Subrayó que, bajo su mandato de ministro liberal de Hacienda, el Gobierno no dejaría de ajustar la franquicia y el umbral impositivo superior en respuesta a la subida de los precios.
Con esta medida se pretende contrarrestar el "arrastre fiscal", un fenómeno en el que los aumentos salariales impulsados por la inflación se traducen en mayores cargas fiscales debido a que los individuos se ven empujados a tramos impositivos más altos. El plan de Lindner se presentó a principios de mes y, pese a la oposición de sus socios de coalición, el Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes, se mantiene firme.
Los ajustes fiscales propuestos se apartan del sistema vigente en Alemania, donde, a diferencia de otras grandes economías como Estados Unidos, Canadá y Suiza, los umbrales impositivos no se ajustan automáticamente a la inflación.
El compromiso del Ministro de Hacienda con el plan de reducción de impuestos subraya los esfuerzos del Gobierno por aliviar la presión financiera sobre los particulares debida a la inflación. El tipo de cambio actual valora los recortes previstos en aproximadamente 25.000 millones de dólares.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.