Por Ricardo Brito
BRASILIA, 12 mayo (Reuters) - El exministro de Salud de Brasil, Eduardo Pazuello, no aceptó la oferta de vacunas COVID-19 de Pfizer (NYSE:PFE) el año pasado porque creía que Brasil debería depender de las inyecciones británicas y chinas fabricadas en el país, dijeron dos fuentes a Reuters.
Cientos de miles de muertes más tarde, con Brasil muy escaso de vacunas, el militar ha sido convocado por una investigación parlamentaria que investiga el mal manejo del brote de coronavirus más mortal fuera de los Estados Unidos.
Su testimonio podría ser tan dañino para el presidente Jair Bolsonaro que el gobierno está tratando de evitar su comparecencia ante la comisión del Senado el próximo miércoles, donde los senadores lo interrogarán sobre la demora en obtener las vacunas.
Dos fuentes del gobierno con conocimiento del asunto dijeron que la idea en la oficina de Pazuello el año pasado era que Brasil podría garantizar suficientes vacunas mediante una transferencia de tecnología de AstraZeneca AZN.L y la china Sinovac SVA.O a laboratorios públicos en el país.
Cuando Pfizer PFE.N se acercó por primera vez al Ministerio de Salud en agosto, Pazuello pensó que Brasil no necesitaría una amplia gama de vacunas y ni siquiera se reunió con los ejecutivos de Pfizer para discutir su oferta, declararon las fuentes bajo condición de anonimato.
"Cuando se firmó el contrato con AstraZeneca, había una visión optimista de que Brasil podría producir sus propias vacunas y no había necesidad de Pfizer", dijo una fuente.
El Ministerio de Salud no respondió a una solicitud de comentarios sobre el asunto.
Pazuello no respondió a las preguntas de Reuters. No llegó a su primera aparición programada ante el comité del Senado la semana pasada, diciendo que estaba en cuarentena debido al contacto con dos personas con COVID-19.
Pfizer hizo su primera propuesta para vender vacunas al gobierno brasileño a mediados de agosto del año pasado, según un comunicado de la compañía, con un plan para entregar la primera de 70 millones de dosis para diciembre. Pero las conversaciones nunca prosperaron.
Una declaración del Ministerio de Salud en enero rechazó los términos de Pfizer y criticó los pequeños volúmenes de vacunas ofrecidas para entrega inmediata.
No fue sino hasta el 18 de marzo que el país firmó su primer contrato con Pfizer por 100 millones de vacunas. Para entonces, Pazuello ya iba de salida, mientras los decesos crecían exponencialmente en una segunda ola de infecciones en Brasil.
Los problemas de producción en el centro biomédico Fiocruz del gobierno federal y las demoras en la recepción de insumos esenciales de China en el Instituto Butantan de Sao Paulo han retrasado mucho a Brasil en la entrega de vacunas. Solo el 11% de los adultos han recibido las dosis completas.
Las primeras dosis de la vacuna Pfizer llegaron a Brasil el 29 de abril, más de ocho meses después de la primera oferta de la empresa. El martes se firmó un segundo contrato por 100 millones de dosis adicionales para su entrega en el último trimestre de este año.
(Reporte de Ricardo Brito, escrito por Anthony Boadle. Editado en español por Janisse Huambachano)