Por Laura Sánchez
Investing.com - "En esta época del año, tal vez le ocurra lo mismo que a mí y su bandeja de entrada se vea inundada por una marea de artículos de perspectivas para el año que viene. Sin embargo, siempre sucede algún acontecimiento inesperado a las pocas semanas de haber comenzado el nuevo año que conlleva que dichas perspectivas resulten obsoletas. A sabiendas de ello, en lugar de tener la vista puesta en el próximo año, quizás resulte más provechoso analizar los factores que podrían configurar el próximo ciclo económico".
Así comienza Erik Weisman, gestor de carteras y economista de MFS Investment Management, su análisis en el que habla del crecimiento y la inflación en el próximo ciclo económico.
Incremento del capital, disminución del ahorro
"Pese a que no tenemos la certeza de que vaya a producirse una recesión durante el próximo año, fundamentaremos nuestra opinión para los siguientes uno a tres años sobre la posibilidad de que se materialice una. Tras la contracción, preveo que tendrá lugar una transición en la que el volumen de capital físico desplegado superará con creces el del ciclo anterior. En el último ciclo económico, se puso el foco en el capital intangible. Me vienen a la mente las empresas con una propiedad intelectual considerable pero que no disponen de demasiados activos tangibles", explica Weisman.
Según este experto, en el próximo ciclo, cabría esperar que el gasto se destinara a ámbitos como la green technology en detrimento de las energías sucias. El dinero se empleará para incrementar la resiliencia de las cadenas de suministro y facilitar la transición a los modelos de gestión de inventarios basados en la filosofía de disponer en todo momento de existencias suficientes (just-in-case) tras décadas gestionando los inventarios con arreglo a un modelo basado en mantener un nivel mínimo de existencias (just-in-time). Asimismo, espero que el gasto militar registre un aumento considerable. Todo ello exigirá un volumen de capital físico significativamente superior al que fue necesario en el ciclo anterior.
No solo será menester disponer de más capital, sino que este también resultará más caro, según Weisman. "En esta nueva coyuntura, hemos de plantearnos en qué cotas se situará la tasa de ahorro. En mi opinión, la tasa de proyección del ahorro se mantendrá en terreno positivo, pero registrará una evolución más lenta que en el ciclo anterior (por no decir en los últimos ciclos económicos)", apunta el economista.
Un aumento de la inflación y un mayor crecimiento
"Desde mi punto de vista, si las necesidades de capital físico están aumentando a un ritmo más rápido y, en paralelo, el ritmo del incremento de la tasa de ahorro está disminuyendo -esta continúa siendo positiva, pero se orienta a la baja-, considero que ello es sinónimo de aumento de la inflación y de subidas de los tipos de interés. Con todo, opino que el propio capital conllevará un ligero aumento del nivel de crecimiento del producto interior bruto (PIB) real", dice Weisman.
Por otro lado...
Según el experto de MFS Investment Management, "una de las excepciones de este planteamiento estriba en que hemos acumulado un ingente volumen de deuda en el sector público. Esta circunstancia, aunada al aumento de los tipos de interés, implica que tendremos que gastar más dinero para pagar esa deuda, lo que, en teoría, podría relegar el capital privado a un segundo plano. Con todo, en la práctica, no estoy seguro de que vaya a ser así. Probablemente deberían suceder otras cosas".
"Una parte muy significativa de ello dependerá de si el sistema bancario está dispuesto a prestar capital. Teniendo en cuenta de que los bancos exhiben un tono relativamente favorable, deberían estar en una situación adecuada para conceder préstamos tras la contracción esperada, con independencia de que nos adentremos en una recesión o no. Incluso en caso de que el Gobierno deba gastar más dinero para abonar los intereses, creo que el capital fluirá hacia la economía", concluye.