CARACAS, 20 dic (Reuters) - Unos trabajadores de la embotelladora y distribuidora Pepsi-Cola Venezuela recibieron la medida de "libertad plena", dijo el domingo Empresas Polar, luego de permanecer detenidos ante la imposibilidad de activar las líneas de producción dada la falta de materia prima.
La mayor empresa de alimentos y bebidas de Venezuela denunció el sábado que las detenciones ocurrieron el viernes, en la planta Caucagua en el central estado Miranda, luego de que la Inspectoría del Trabajo ordenara la "activación" de los trabajadores y de plantas.
"Pepsi-Cola Vzla logró obtener libertad plena sin restricciones para sus trabajadores de Planta Caucagua detenidos arbitrariamente el viernes", informó el domingo Empresas Polar en la red social Twitter (N:TWTR).
Pepsi-Cola Venezuela es un negocio de Empresas Polar, en el que PepsiCo (N:PEP) PEP.N participa como socio para distribuir su portafolio de productos en el país sudamericano.
La empresa no aclaró, en su cuenta @EmpresasPolar, más detalles del caso, ni datos de los trabajadores detenidos.
Sin embargo, medios de comunicación locales informaron que la Inspectoría, una instancia gubernamental adscrita al Ministerio del Trabajo, acompañada de funcionarios policiales, ordenó el viernes las detenciones del gerente de la planta, dos personas de recursos humanos y una abogada.
La empresa informó, también en Twitter, que las líneas de Pepsi-Cola Venezuela está paralizada por no contar con los permisos para la obtención de divisas, autorizadas por el Gobierno, que requieren para la importación de insumos.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha acusado a empresarios venezolanos de formar parte de una "guerra económica" que busca degastar su Gobierno.
En el pasado, el mandatario ordenó la detención de presidentes y directivos de empresas.
Los ingresos del país se han reducido por los bajos precios del petróleo, su principal fuente de divisas, y han afectado a la economía.
Los privados acusan que el retraso en la entrega de divisas, en el país que tiene más de una década con controles de cambio y precio, agrede a la industria local. (Reporte de Deisy Buitrago / REUTERS GB)