por Ricardo Garduño Pacheco
Infosel, febrero. 24.- Cuando la cadena de supermercados Walmart (NYSE:WMT) de México y Centroamérica vendió en 2014 su división de restaurantes al operador de franquicias de alimentos Alsea, probablemente ambas no vislumbraban que un lustro después se verían en la necesidad de disputar miles de millones de pesos en impuestos con las autoridades fiscales.
Menos Alsea, la empresa que administra cafeterías y restaurantes como Starbucks (NASDAQ:SBUX), Chili's o Domino's, al ser el comprador, ya que lo común es recaudar los impuestos a la parte vendedora, en este caso, la cadena minorista más grande del país y filial del gigante estadounidense Walmart.
"En este tipo de operaciones, la parte compradora no es quien se encuentra obligada a pagar el impuesto sobre la renta, sino que dicho impuesto es responsabilidad de la parte vendedora [la utilidad no se obtiene al momento de la adquisición, sino al momento de la venta]", dijo Alsea a Sentido Común en una respuesta por correo electrónico.
Si bien es cierto que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) pretende cobrar a las dos empresas públicas por la misma operación, no necesariamente quiere decir que sea por el mismo motivo; incluso, Walmart de México tiene un frente abierto al menos desde hace dos años, mientras que Alsea fue notificada este mes de la solicitud de pago adicional de las autoridades fiscales.
SAT y Walmart México fueron consultados para conocer los detalles de la disputa fiscal sin respuesta del primero y declinación a realizar algún comentario por parte del segundo. No obstante, fuentes con conocimiento del asunto aseguraron que la multa a la empresa que tiene su matriz en Bentonville, Arkansas, esta aparentemente relacionada con el régimen bajo el cual optó por contabilizar la venta, lo que pudo pudo haberle permitido reducir la carga fiscal.
En el caso concreto de Alsea, el cobro tiene que ver con la valuación al que realizó la compra de los restaurantes Vips, El Portón, Ragazzi y La Finca, ya que las autoridades fiscales suponen que Alsea registró un beneficio o ganancia por ello.
"El SAT está considerando que Alsea tuvo un ingreso en adquisición de bienes, es decir, que uno de los activos fue adquirido por un valor inferior al valor que la propia autoridad ha considerado como su valor real y bajo ese argumento ha determinado un impuesto por supuestos 'ingresos en la adquisición de bienes'", agregó el gigante restaurantero latinoamericano y europeo en su respuesta.
Con base en este razonamiento, Alsea enfrenta un reclamo del gobierno de México por tres mil 881 millones de pesos (205 millones de dólares), que incluye ya los respectivos recargos, actualización y multa por no haberlos cubierto al momento de la transacción.
Claro que Alsea, con sede en Ciudad de México, considera la solicitud de pago como improcedente y analiza sus alternativas para impugnarla.
Un experto fiscal consultado dijo que en este tipo de disputas los contribuyentes tienen que demostrar que la presunción del fisco es incorrecta, al tiempo que también deben cuestionar los fundamentos de los cálculos que realizaron las autoridades para exigir ese pago. Para ello, existen diversas herramientas como podrían ser exigir la revelación de estudios de transferencia, los contratos establecidos en determinadas fechas e incluso las declaraciones de las empresas.
De no ser así, el SAT "estaría violando un proceso de notificación a los contribuyentes", agregó el experto en temas contables.
Cuando las empresas dieron a conocer el acuerdo de compra de 263 restaurantes Vips, 90 unidades de la marca El Portón, siete de Ragazzi y dos La Finca en septiembre de 2013 dijeron que la transacción contemplaba 18 bienes inmuebles; las construcciones de 214 unidades; un comisariato; así como los derechos de propiedad intelectual de las cuatro marcas, menús, desarrollo de producto, procesos de operación y otros elementos.
Ocho meses después, cuando Alsea dio a conocer que la Comisión Federal de Competencia Económica autorizó la operación --una semana antes del cierre de la compraventa--, dijo que las ventas de los restaurantes Vips sumaron seis mil 124 millones de pesos (490 millones de dólares al tipo de cambio de ese entonces), al tiempo que reportaban un flujo operativo de 967 millones (77 millones de dólares).
Hasta ahora no es claro qué tomó en cuenta la autoridad tributaria para argumentar que hubo una subvaluación de los bienes al hacer la transacción, no obstante, la propia empresa restaurantera, que también administra los restaurantes PF Chang's en México, aseguró que lo pagado por los restaurantes que fueron propiedad de Walmart México superó la valuación de las autoridades.
"El SAT está considerando su propia valuación de los activos que integraron los negocios adquiridos", dijo Alsea a Sentido Común. "En cualquier caso, inclusive bajo el supuesto de que la valuación realizada por el SAT fuese correcta, el precio total pagado por Alsea por la división de restaurantes de Walmart fue superior a dicha valuación, sin que Alsea hubiese tenido algún beneficio en la distribución de los valores asignados a los bienes adquiridos".
De ahí que, en esencia, la resolución de la disputa determinará si Alsea efectivamente pagó menos de lo que debía por los bienes que adquirió, lo que indirectamente implicaría que Walmart de México los malvendió, o si, por el contrario, pagó una cantidad correcta que destronaría la solicitud de pago de impuestos adicional por parte del SAT.
El precio que Alsea pagó por los restaurantes de Walmart estuvo, de hecho, en la parte alta del rango de entre 350 y 800 millones de dólares que estimaron los analistas en aquel entonces.
Michelle del Campo y Fernanda Celis colaboraron con esta historia.
Infosel, febrero. 24.- Cuando la cadena de supermercados Walmart (NYSE:WMT) de México y Centroamérica vendió en 2014 su división de restaurantes al operador de franquicias de alimentos Alsea, probablemente ambas no vislumbraban que un lustro después se verían en la necesidad de disputar miles de millones de pesos en impuestos con las autoridades fiscales.
Menos Alsea, la empresa que administra cafeterías y restaurantes como Starbucks (NASDAQ:SBUX), Chili's o Domino's, al ser el comprador, ya que lo común es recaudar los impuestos a la parte vendedora, en este caso, la cadena minorista más grande del país y filial del gigante estadounidense Walmart.
"En este tipo de operaciones, la parte compradora no es quien se encuentra obligada a pagar el impuesto sobre la renta, sino que dicho impuesto es responsabilidad de la parte vendedora [la utilidad no se obtiene al momento de la adquisición, sino al momento de la venta]", dijo Alsea a Sentido Común en una respuesta por correo electrónico.
Si bien es cierto que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) pretende cobrar a las dos empresas públicas por la misma operación, no necesariamente quiere decir que sea por el mismo motivo; incluso, Walmart de México tiene un frente abierto al menos desde hace dos años, mientras que Alsea fue notificada este mes de la solicitud de pago adicional de las autoridades fiscales.
SAT y Walmart México fueron consultados para conocer los detalles de la disputa fiscal sin respuesta del primero y declinación a realizar algún comentario por parte del segundo. No obstante, fuentes con conocimiento del asunto aseguraron que la multa a la empresa que tiene su matriz en Bentonville, Arkansas, esta aparentemente relacionada con el régimen bajo el cual optó por contabilizar la venta, lo que pudo pudo haberle permitido reducir la carga fiscal.
En el caso concreto de Alsea, el cobro tiene que ver con la valuación al que realizó la compra de los restaurantes Vips, El Portón, Ragazzi y La Finca, ya que las autoridades fiscales suponen que Alsea registró un beneficio o ganancia por ello.
"El SAT está considerando que Alsea tuvo un ingreso en adquisición de bienes, es decir, que uno de los activos fue adquirido por un valor inferior al valor que la propia autoridad ha considerado como su valor real y bajo ese argumento ha determinado un impuesto por supuestos 'ingresos en la adquisición de bienes'", agregó el gigante restaurantero latinoamericano y europeo en su respuesta.
Con base en este razonamiento, Alsea enfrenta un reclamo del gobierno de México por tres mil 881 millones de pesos (205 millones de dólares), que incluye ya los respectivos recargos, actualización y multa por no haberlos cubierto al momento de la transacción.
Claro que Alsea, con sede en Ciudad de México, considera la solicitud de pago como improcedente y analiza sus alternativas para impugnarla.
Un experto fiscal consultado dijo que en este tipo de disputas los contribuyentes tienen que demostrar que la presunción del fisco es incorrecta, al tiempo que también deben cuestionar los fundamentos de los cálculos que realizaron las autoridades para exigir ese pago. Para ello, existen diversas herramientas como podrían ser exigir la revelación de estudios de transferencia, los contratos establecidos en determinadas fechas e incluso las declaraciones de las empresas.
De no ser así, el SAT "estaría violando un proceso de notificación a los contribuyentes", agregó el experto en temas contables.
Cuando las empresas dieron a conocer el acuerdo de compra de 263 restaurantes Vips, 90 unidades de la marca El Portón, siete de Ragazzi y dos La Finca en septiembre de 2013 dijeron que la transacción contemplaba 18 bienes inmuebles; las construcciones de 214 unidades; un comisariato; así como los derechos de propiedad intelectual de las cuatro marcas, menús, desarrollo de producto, procesos de operación y otros elementos.
Ocho meses después, cuando Alsea dio a conocer que la Comisión Federal de Competencia Económica autorizó la operación --una semana antes del cierre de la compraventa--, dijo que las ventas de los restaurantes Vips sumaron seis mil 124 millones de pesos (490 millones de dólares al tipo de cambio de ese entonces), al tiempo que reportaban un flujo operativo de 967 millones (77 millones de dólares).
Hasta ahora no es claro qué tomó en cuenta la autoridad tributaria para argumentar que hubo una subvaluación de los bienes al hacer la transacción, no obstante, la propia empresa restaurantera, que también administra los restaurantes PF Chang's en México, aseguró que lo pagado por los restaurantes que fueron propiedad de Walmart México superó la valuación de las autoridades.
"El SAT está considerando su propia valuación de los activos que integraron los negocios adquiridos", dijo Alsea a Sentido Común. "En cualquier caso, inclusive bajo el supuesto de que la valuación realizada por el SAT fuese correcta, el precio total pagado por Alsea por la división de restaurantes de Walmart fue superior a dicha valuación, sin que Alsea hubiese tenido algún beneficio en la distribución de los valores asignados a los bienes adquiridos".
De ahí que, en esencia, la resolución de la disputa determinará si Alsea efectivamente pagó menos de lo que debía por los bienes que adquirió, lo que indirectamente implicaría que Walmart de México los malvendió, o si, por el contrario, pagó una cantidad correcta que destronaría la solicitud de pago de impuestos adicional por parte del SAT.
El precio que Alsea pagó por los restaurantes de Walmart estuvo, de hecho, en la parte alta del rango de entre 350 y 800 millones de dólares que estimaron los analistas en aquel entonces.
Michelle del Campo y Fernanda Celis colaboraron con esta historia.