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Por Marta Nogueira y Brad Brooks
RÍO DE JANEIRO/SAO PAULO, 30 mayo (Reuters) - Trabajadores petroleros de Brasil iniciaron el miércoles una huelga de 72 horas en un nuevo golpe al presidente Michel Temer, tras una protesta nacional de camioneros que ha estrangulado a la mayor economía de América Latina por más de una semana.
La paralización que afecta a varias plataformas, refinerías, plantas y puertos es el último desafío para la firma con presencia estatal Petróleo Brasileiro SA PETR4.SA , Petrobras, cuyas acciones se han desplomado casi 30 por ciento en dos semanas en medio de temores de que una interferencia política pueda hacer retroceder medidas pro inversionistas.
A últimas horas del martes Reuters informó que Temer estaba considerando una revisión a la política de precios de combustibles basada en el mercado de Petrobras (NYSE:PBR), lo que podría provocar aún más huidas de inversores. El miércoles, el despacho del mandatario dijo que preservaría la política de precios.
La huelga del sector petrolero incluyó trabajadores en al menos 20 plataformas petrolíferas en la lucrativa cuenca Campos -de las 46 operadas por Petrobras- de acuerdo con la Federación Única de los Petroleros (FUP), el mayor sindicato de los trabajadores de este sector en Brasil.
Petrobras dijo que una acción de ese tipo no tendría un gran impacto inmediato en su producción u operaciones en general.
Brasil bombea alrededor de 2,1 millones de barriles de petróleo por día, lo que lo convierte en el mayor productor de crudo de América Latina.
La huelga de los trabajadores petroleros fue declarada ilegal el martes por la máxima corte laboral de Brasil, después que Petrobras argumentó que la movilización obedecía más bien a razones políticas que a reivindicaciones laborales. FUP dijo que no había sido informada de esta decisión.
De acuerdo a la FUP, trabajadores no se presentaron en ocho refinerías que se ubican desde Manaos en el Amazonas hasta Río de Janeiro en el sureste. También abandonaron el trabajo en plantas que manejan lubricantes, nitrógeno y gas de esquisto, así como en los puertos de Suape y Paranaguá.
De acuerdo con una fuente cercana a la compañía, Petrobras tiene importantes inventarios de combustible, sobre todo debido a que la protesta de 10 días de los camioneros impidió que cantidades significativas de combustible salgan de las refinerías.
Sin embargo, la huelga aumentó la probabilidad de que los paros y protestas se propaguen a otros sectores a medida que los brasileños manifiestan su frustración con un Gobierno profundamente impopular y una economía que aún no se reactiva.
La huelga de los camioneros contra alzas en el precio del diésel vació las carreteras y provocó escasez de alimentos, gasolinas y suministros médicos en grandes ciudades, pese a un alivio significativo el martes por la noche.
Funcionarios advirtieron que tomará días restaurar las líneas de suministro interrumpidas por la huelga que en su momento más álgido mantuvo 1.000 bloqueos carreteros en autopistas clave en Brasil, la economía más grande de América Latina. (Reporte de Brad Brooks; Editado en español por Patricio Abusleme y Natalia Ramos)