Justo después de la toma de posesión del presidente Joe Biden en enero de 2021, discutíamos algunas de las posibles políticas energéticas que su administración podría promulgar y qué impacto podrían tener en el mercado petrolero.
Seis meses después, con el precio del Brent acercándose rápidamente a los 75 dólares por barril y el WTI acercándose a los 73 dólares por barril (el precio más alto desde octubre de 2018), ahora es un buen momento para evaluar hasta qué punto el triunvirato de políticas de Biden está influyendo en el mercado petrolero, y qué podemos esperar de cara al futuro.
1. Cancelación del oleoducto Keystone XL
Al día siguiente de la toma de posesión, el Gobierno de Biden revocó el permiso para el oleoducto Keystone XL. Los trabajos del oleoducto detuvieron de inmediato su actividad, lo que resultó en el despido de cientos de contratistas.
Inicialmente, se habló de que la provincia de Alberta y TC Energy, la compañía que construye el oleoducto, podría pedir daños y perjuicios a la Administración Biden.
En marzo, 21 estados presentaron una demanda contra el Gobierno de Biden por la cancelación. Sin embargo, TC Energy ha anunciado recientemente la cancelación definitiva del proyecto, por lo que cualquier acción legal podría ser irrelevante.
Se habría esperado que el precio del petróleo subiera si estos dos casos judiciales se hubieran presentado contra las respectivas compañías de oleoductos.
Es posible que podamos ver políticas anti-oleoductos más agresivas por parte de la administración Biden, especialmente si su equipo cree que necesita apaciguar aún más el elemento radical y anti-combustibles fósiles del Partido Demócrata. En este momento, cancelar el oleoducto Keystone XL parece ser suficiente.
2. Moratoria sobre nuevos arrendamientos de petróleo y gas en tierras y aguas federales
Otra medida relativamente rápida de la Administración Biden tras asumir el cargo fue suspender la emisión de nuevos permisos de perforación de petróleo y gas en tierras federales. Esto se decidió a la espera de una revisión del proceso de permisos.
Ha pasado medio año y el Gobierno aún no ha emitido nuevas directrices sobre permisos. Cuando se anunció por primera vez, este movimiento no influyó de inmediato en el movimiento del mercado. Los precios del petróleo seguían siendo bajos, y muchos perforadores ya tenían permisos acumulados.
Desde entonces, sin embargo, ha quedado claro que esta decisión en realidad está impulsando los precios del petróleo, porque ha impactado en la voluntad de las compañías petroleras estadounidenses de perforar nuevos pozos.
Según una encuesta a compañías petroleras nacionales realizada por el Banco de la Reserva Federal de Dallas, el 58% de los ejecutivos han expresado su preocupación en torno a que "una mayor regulación federal hará que su negocio no sea rentable". Esto los ha hecho reacios a invertir en la perforación de nuevos pozos.
Por lo general, las empresas no están dispuestas a invertir en operaciones en expansión cuando se enfrentan a la incertidumbre regulatoria. No debemos esperar que los precios del petróleo bajen en base a esta decisión.
3. Frenar la emisión de metano
En enero, la Administración Biden ordenó a la EPA que propusiera una regla que suspendiera, revisara o rescindiera la reversión de la regla del metano de Obama por parte de la administración Trump. Esta regla requería que las compañías siguieran de cerca las operaciones upstream y midstream en busca de fugas de metano.
Se espera que la nueva regla esté lista para septiembre, pero no está claro si simplemente restablecerá la de Obama o si propondrá regulaciones más estrictas.
Si simplemente vuelve a la regla de la era Obama, la mayoría de las principales compañías de petróleo y gas no se verán afectadas porque ya han ajustado sus prácticas para adecuarlas a ello. Sin embargo, las compañías petroleras más pequeñas se llevarán la peor parte porque se verán obligadas a invertir en costosos sistemas de seguimiento.
Pero las políticas de Biden están jugando un papel importante a la hora de evitar que aumente la producción de petróleo de Estados Unidos, lo que probablemente será más impactante con el paso de los meses, no de los días.
La incertidumbre regulatoria hace que las empresas se apresuren a invertir en nuevas perforaciones o nuevas infraestructuras, y esto tiene implicaciones reales para los precios del petróleo.