Una de las noticias más importantes de los últimos días en Wall Street ha sido el IPO (oferta pública inicial) de Lyft (NASDAQ:LYFT), la empresa que es conocida por ser la principal rival de Uber.
Lyft fue fundada en 2012 en San Francisco y muchos la definen como una versión “low cost” de Uber.
Si bien se trata de dos aplicaciones de viajes compartidos que unen a los clientes con conductores privados, Lyft se destaca por tener en promedio precios más baratos que Uber, y por permitir algunas otras posibilidades, como la de dar propina al conductor.
Otra diferencia es que Lyft no tiene la expansión territorial de Uber: opera actualmente sólo en los Estados Unidos y Canadá.
Recordemos que la manera en la que ganan dinero estas aplicaciones es cobrando una comisión por viaje (típicamente del 20%).
Tanto Lyft como Uber han tenido mucho éxito por brindar un mejor servicio que los tradicionales taxis o remises, mayor seguridad y, en general, precios mucho más competitivos.
Volviendo a la noticia del IPO, las acciones de Lyft han caído con fuerza desde su salida a la bolsa:
Evolución del precio de las acciones de Lyft desde su IPO
Actualmente, cuenta con una capitalización bursátil cercana a los 20 mil millones de dólares, y la pregunta que seguramente muchos se hacen es: ¿conviene comprar acciones de Lyft?
Para responder este interrogante, veamos primero algunos números.
En el gráfico debajo podemos ver el número de viajes que se realizaron a través de la aplicación de Lyft en los últimos 5 años:
Y aquí debajo el market share de las aplicaciones de transporte de pasajeros en los Estados Unidos:
Como podemos ver, hay algunos datos positivos. La utilización de la aplicación de Lyft viene en claro aumento, a la vez que la firma ha logrado quitarle una importante porción del mercado a Uber en el último año.
Además, las ventas de la compañía aumentaron fuertemente en los últimos dos años (más de un 520%):
Ahora bien, no todas son buenas noticias.
Hay algunos puntos muy importantes que debemos tener en cuenta.
Por un lado, este tipo de aplicaciones que atentan directamente contra el negocio de taxis, tienen serios problemas regulatorios.
La posibilidad de ser prohibidas está siempre latente, o de verse fuertemente reguladas al punto de tener serios problemas para continuar funcionando.
Por otra parte, la amenaza de la llegada de nuevos competidores que vengan a disputar la cuota de mercado a Uber y Lyft no debe ser minimizada.
Tengamos presente que hasta hace muy poco tiempo Netflix (NASDAQ:NFLX) dominaba prácticamente en soledad el mercado del streaming, mientras que ahora el panorama está cambiando rápidamente (Amazon (NASDAQ:AMZN), Disney (NYSE:DIS), y HBO, entre otros, han lanzado sus propios servicios).
Sin embargo, hay otro elemento que debemos tener en cuenta, y es el más importante de todos.
El principal problema de Lyft -al igual que Uber- es que se trata de una gigantesca máquina de perder dinero.
Si bien vienen aumentando fuertemente sus ventas, de igual manera crecen sus pérdidas.
El contexto internacional de tasas de interés en niveles cercanos a cero ha permitido que aventuras de este tipo hayan tenido éxito en el último tiempo.
Dicho en otras palabras, Lyft necesita que le presten dinero para poder funcionar. Si no cambia rápidamente y se convierte en una empresa rentable, dejará de existir el día que no consiga nuevos inversores o préstamos.
En lo personal, y más allá del momento complejo que vive la bolsa, no recomendaría comprar acciones de una empresa que pierde dinero de manera sistemática, y que tampoco tiene perspectivas de volverse rentable en el corto o mediano plazo.