Tras recibir múltiples golpes durante el año pasado, los valores chinos de megacapitalización están empezando a dar señales de vida de nuevo. La semana pasada, el máximo responsable de la política monetaria del país asiático reveló sus intenciones de estabilizar y apoyar sus maltrechos mercados de capitales. El anuncio provocó un repunte intradía del 33% sin precedentes del índice NASDAQ Golden Dragon China de empresas que cotizan en Estados Unidos, su mayor subida jamás registrada.
El gigante del comercio electrónico Alibaba (NYSE:BABA) ha subido un impresionante 52,7% desde entonces. El miércoles sus acciones cerraron en 117,24 dólares.
Del mismo modo, el gigante de los videojuegos y las redes sociales Tencent (HK:0700) Holdings ganó un 21,4% durante el mismo trimestre. Sus acciones cerraron la jornada del miércoles en 47,880 dólares.
En una serie de declaraciones, los máximos responsables económicos de China han asegurado a los inversores que la represión generalizada de las empresas de Internet estaba llegando a su fin. Además, el regulador bancario del país ha dicho que apoyaría a las compañías de seguros para que aumentaran la inversión en los mercados de valores, que se han visto sometidos a una intensa presión de venta.
Sin embargo, este cambio de rumbo impulsado por el Gobierno no puede eliminar los numerosos obstáculos macroeconómicos que siguen rondando en este ámbito. Uno de los más importantes es el conflicto entre Rusia y Ucrania, en el que China, aparentemente aliada de Rusia, parece estar del lado equivocado.
El supuesto apoyo de China a Moscú en su guerra con Ucrania está alimentando las especulaciones de que la segunda economía del mundo y sus empresas podrían enfrentarse a sanciones estadounidenses si el conflicto se agrava.
Muchos inversores han empezado a preguntarse si las empresas chinas siguen mereciendo la pena tras las pérdidas sin precedentes sufridas por sus participaciones durante el año pasado.
Aumento de los riesgos geopolíticos y macroeconómicos
La semana pasada, JPMorgan Chase (NYSE:JPM) rebajaba la calificación de 28 acciones chinas de Internet, incluidas las de Alibaba y Tencent Holdings, calificándolas de "no invertibles" durante los próximos 6-12 meses debido a los crecientes riesgos geopolíticos y macroeconómicos. Cualquier decisión Estados Unidos de imponer nuevas sanciones a China o a empresas chinas individuales que hagan negocios con Rusia es la mayor preocupación para los inversores en acciones.
Otra incertidumbre que seguirá lastrando estas acciones es el intento de la SEC de acceder a los datos financieros de las empresas extranjeras que cotizan en las bolsas estadounidenses. Según el Wall Street Journal, los reguladores estadounidenses no pudieron inspeccionar el jueves los documentos de trabajo de cinco empresas chinas que cotizan en Estados Unidos. Entre ellas se encuentran el grupo biotecnológico BeiGene y Yum China Holdings, el operador de KFC en China.
La Ley de Responsabilidad de las Empresas Extranjeras de 2020 habilitará la exclusión de la bolsa estadounidense de las empresas que no presenten documentos de auditoría durante tres años consecutivos.
Aumento de los riesgos internos
Incluso aunque los inversores ignoren estos riesgos macroeconómicos, el historial de crecimiento tampoco parece demasiado convincente. La economía china se está ralentizando y se encuentra en una fase tardía del ciclo de recuperación de la pandemia, y sus ciudades y pueblos siguen sufriendo confinamientos.
Durante el último año, China también ha llevado a cabo un intenso escrutinio regulatorio de sus empresas tecnológicas como parte de su intento de acabar con sus monopolios y proteger los datos de los consumidores.
El país asiático ha tratado de introducir regulaciones en áreas que van desde antimonopolio hasta protección de datos. Tras un año de medidas enérgicas, hay indicios de que estas empresas están empezando a conseguir crecer.
Alibaba comunicó a los inversores el mes pasado, durante la presentación de su informe de resultados, que ahora dará prioridad a la fidelización de usuarios frente a la incorporación de usuarios nuevos, un cambio significativo para una empresa que se ha convertido en la mayor compañía tecnológica de China al perseguir un crecimiento incesante. Sus últimos resultados trimestrales han registrado el menor crecimiento de los ingresos desde su salida a bolsa.
Las acciones de Alibaba que cotizan en Estados Unidos recibieron un impulso extra gracias a su gran plan de recompra de acciones, anunciado esta semana. Sin embargo, la empresa ha perdido cerca de la mitad de su valor en el último año.
Tencent, que presentó ayer sus últimos resultados trimestrales, reflejó el ritmo más bajo de crecimiento trimestral de su historia, lastrado por los débiles datos de publicidad online y de los ingresos procedentes de los videojuegos.
Tencent ha perdido más de 470.000 millones de dólares desde sus máximos de 2021, aunque ha escapado mayormente al escrutinio directo de Pekín.
Conclusión
Invertir en acciones de China sigue siendo una apuesta arriesgada, dados los múltiples peligros a los que se enfrentan los inversores en empresas chinas. Si bien hay indicios de que China está dispuesta a debilitar la presión sobre sus gigantes tecnológicos, no es fácil imaginar cómo van a conseguir estas empresas una expansión rápida que justifique las elevadas valoraciones de las que antes disfrutaban.
Por lo tanto, en nuestra opinión, es mejor que los inversores se mantengan por ahora al margen.