Este jueves, el Banco de México tiene su quinta reunión de política monetaria del año y la expectativa del mercado es que aumente la tasa de referencia en un cuarto de punto a 4.50%, aunque la realidad es que esta alza no frene la inflación porque el alza de los precios no es por exceso de demanda, sino por choque de oferta, pero puede ser una señal de que Banxico está pendiente del proceso.
Sin embargo, no hay que descartar otra sorpresa de la reunión, sobre todo porque empiezan a surgir datos de debilidad en la economía como lo mostró la producción industrial de junio, así como el impacto que puede volver a generar la variante Delta del COVID 19.
Previo a la reunión de Banxico, el tipo de cambio se apreció de $20.09 a $19.93, y la bolsa ganó 0.39% para cerrar el miércoles en 51,311.6.
La aprobación del proyecto de Ley de Infraestructura en Estados Unidos y el avance de una nueva propuesta por US$3.5 billones para programas sociales, se suma el dato de inflación al consumidor en Estados Unidos que estuvo dentro de los parámetros estimados por el mercado, aun cuando acumula cuatro meses seguidos por arriba del 4.0%, alcanzando 5.365% en julio, el mayor nivel anual desde agosto de 2008, aunque es muy probable que los altos niveles de inflación todavía se mantengan en los próximos meses, inclusive podrían alcanzar mayor nivel que el de julio.
Sin embargo, el mercado considera que el haber estado la inflación dentro de lo esperado el mes pasado, le quitará presión a la FED para empezar a subir la tasa de referencia, aunque lo que parece que ya está programado para el último trimestre del año es que empiece el recorte de la compra de bonos (tapering).
La reacción del mercado neoyorquino fue positiva, aunque en forma parcial, por un lado, el Dow Jones y el S&P-500 tuvieron alzas de 0.62% y 0.25%, respectivamente, mientras que el Nasdaq perdió 0.16%.