El índice dólar cerró la jornada con una pérdida de 0.4% debido a una caída inesperada de las nóminas privadas reportadas por la agencia ADP en EE.UU., lo que ayudó a estabilizar los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años, pues los inversionistas se están posicionando para conocer el informe de empleo nacional que se publica el viernes.
Por su parte, el euro se apreció 0.3%, operando alrededor de $1.131 unidades en el mercado spot. Esto luego de que más temprano se publicó que la inflación anual de la Eurozona subió a un nuevo máximo histórico de 5.1% en enero, ubicándose muy por arriba de las proyecciones de los mercados que esperaban que se redujera a 4.4%. La energía siguió registrando el mayor incremento de precios (28.6% vs 25.9% en diciembre), lo que alimentó las apuestas de que el Banco Central Europeo podría subir las tasas de interés más pronto de lo esperado. Con ello, los rendimientos de los bonos del gobierno alemán alcanzaron máximos no vistos en varios años.
En lo que respecta a las monedas emergentes, estas terminaron el día mixtas. En particular, el peso mexicano fue la octava más depreciada, al registrar una pérdida de 0.2% respecto al cierre previo, que equivale a 5 centavos, cotizando en torno a las $20.58 unidades frente al dólar en el mercado interbancario. A lo largo del día, el tipo de cambio alcanzó un mínimo en $20.48 y un máximo en $20.64. Mientras que el real brasileño fue de las pocas divisas latinoamericanas en registrar ganancias, ante la expectativa de que el Banco Central de Brasil incrementaría la tasa Selic en 150 pb a 10.75%, lo que acaba de confirmarse.
Por su parte, el precio del petróleo alcanzó un máximo de siete años, luego de que la OPEP+ mantuvo su aumento de producción planificado de 4,00 barriles diarios en marzo, a pesar de las presiones de los principales consumidores para aumentar la producción más rápidamente.