El evento clave de esta semana es la reunión de política monetaria de la Fed. Empezó hoy, pero termina mañana, en torno a las 12:00 hora de México. Media hora más tarde, a las 12:30, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, dará una conferencia de prensa explicando la decisión de la Fed y sus perspectivas para la economía de crecimiento, empleo e inflación.
El tema crucial de la reunión es si retira la palabra “paciente” del comunicado. Desde la reunión de diciembre, la Fed ha señalado que puede ser “paciente” a la hora de normalizar su postura de política monetaria. Con eso lo que se indicaba era que la Fed no subiría tasas en al menos las dos siguientes reuniones.
Pero al parecer, cada vez más miembros del Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC) están más incómodos con esa posición, y consideran que es preciso liberarse de esa atadura. La solución es retirar la palabra “paciente”, lo que les daría más flexibilidad para subir las tasas de interés cuando lo consideren oportuno en función de la información fresca que se vaya conociendo, sobre todo referente a la inflación y los salarios. Ahora bien, la Fed se encargará de dejar claro que retirar “paciente” no significa que vayan a subir tasas dentro de dos reuniones, en la que celebrarán en junio: la Fed puede demorarse más si los datos económicos siguen sin señalar presiones inflacionarias preocupantes.
Así están las cosas antes de la reunión de la Fed. 69% de los encuestados, según la última encuesta de Bloomberg, consideran que la palabra “paciente” será retirada del comunicado. Pero como decimos, tratarán de suavizar el impacto señalando que a partir de ahora la reacción de la política monetaria depende enteramente de los indicadores económicos, sin implicar directamente una subida de tasas inminente.
Además, los últimos indicadores han sido esperanzadores para retrasar una subida de tasas: no se atisban que haya presiones inflacionarias, algunos datos económicos referentes a la actividad real han decepcionado y el dólar se ha fortalecido de manera abrupta, con algunas implicaciones negativas para el desempeño económico de Estados Unidos, tanto en lo que se refiere al crecimiento como a la inflación.
Por el lado de la inflación, las remuneraciones por hora de febrero apenas aumentaron un 0.1% en febrero, por debajo de lo previsto por los analistas (+0.1%). Con eso, la tasa anual se ubicó en 2.0%, por debajo de un incremento de 2.2% en enero. La tasa de 2.0% coincide con el promedio observado en los últimos seis años. Nada preocupante.
Además, la caída del precio del petróleo junto con la ausencia de presiones salariales ha derrumbado las expectativas de inflación. El “break even” de inflación de 10 años, esto es, la diferencia entre la tasa nominal de 10 años y las ajustada por la inflación (TIPS en inglés), ha caído por nueve días consecutivos y cerró hoy en 1.65%, su nivel más bajo en más de un mes tras tocar un mínimo este año de 1.53% a mediados de enero.
A su vez, la inflación subyacente, pese a que se ha estabilizado, sigue en niveles muy bajos e inferiores al 2.0% que desea la Fed. En enero, el índice subyacente de los precios al consumidor se ubicó en 1.6%, sin cambios respecto a enero. El 24 de marzo, antes de la reunión de Banxico, se conocerán los datos de febrero. El deflactor subyacente del gasto de consumo personal, por otro lado, se situó en enero en 1.3%.
En lo que se refiere al crecimiento, los datos de creación de empleo son sorprendentes, pero el resto de indicadores económicos no son muy alentadores. Las ventas minoristas de febrero decepcionaron, si bien pudieron estar distorsionados por el frío y las nevadas de ese mes en la costa este de Estados Unidos. Eso también pudo afectar a las cifras de construcciones iniciales de febrero publicadas hoy, al detener las nevadas al sector de construcción. En febrero se hundieron un 17% respecto al mes de enero, el peor derrumbe desde el 2011, para situarse en un ritmo anualizado de 897,000, muy por debajo de los 1.040 millones de viviendas que estimaba el consenso y el ritmo más bajo desde septiembre de 2013.
Sin embargo, la lectura de la construcción de casas debe ser cuidadosa. Los permisos de construcción, una variable “proxy” para la evolución futura de la construcción, se elevó un 3.0% en febrero a 1.092 millones, mejorando la cifra del consenso, lo que sugiere que la mala cifra de construcción se debió a factores climáticos. Tendremos que esperar a los datos de marzo para evaluar si, superado el bache climático, se observa un rebote en el gasto del consumidor y la actividad de construcción.
Finalmente, tendremos que estar atentos si la Fed toma en consideración, a la hora de tomar una decisión de política monetaria, el comportamiento del dólar. Aquí se observa un cuádruple impacto: uno, el efecto negativo sobre las exportaciones, las cuales se redujeron en enero un 1.7% respecto al mismo mes del año pasado, la primera contracción en las exportaciones desde el año 2009. Dos, el efecto desinflacionario por el menor costo de las importaciones; tres, el previsible deterioro de la balanza comercial; y cuatro, los menores ingresos por dólares para las multinacionales estadounidenses y su impacto sobre su cuenta de resultados.
Entre tanto, se palpa la cautela, lo que llevó a Wall Street a terminar la jornada mixta. Le fue mal al Dow Jones, que bajó un 0.71% para terminar en los 17,849.08 pts y al S&P’s 500, que retrocedió un 0.33% hasta los 2,074.28. Sin embargo, el tecnológico del Nasdaq avanzó un 0.16% gracias al rally de Apple (NASDAQ:AAPL), que planea sacar un servicio de televisión.
En el tono mixto del mercado pesaron la caída de las materias primas, que retrocedieron ante la posibilidad de que la Fed instaure un sesgo más restrictivo. Eso implicaría una respuesta del mismo signo en los países emergentes, con el impacto negativo que tendría sobre el crecimiento global, así como un fortalecimiento del dólar, que resta atractivo a la demanda de las materias primas como activo refugio.
El sector de materiales fue el peor de la sesión con una caída del 1.2%, donde destacaron las caída del gigante químico DuPont (NYSE:DFT) (-3.1%), y el segundo mayor productor de cobre del mundo, Freeport-McMoran (-3.1%). El fabricante de aluminio Alcoa bajó un 1.7%. El cobre retrocedió hoy un 1.2% aunque el aluminio cerró casi sin cambios.
Peor le fue al petróleo: los futuros del WTI se hundieron en la jornada un 2.7% y encadenó su sexta jornada consecutiva de retrocesos para cerrar en 42.68 dólares. El barril de Brent cedió un 0.3% a 53.29 dólares. Eso deprimió al sector energético, que fue el tercer peor de la sesión con una caída del 0.5%. Los valores que peor salieron librados fueron las empresas de servicios petroleros como Marathon Oil (-1.7%) y Baker Hughes (-1.2%). La mayor petrolera de Estados Unidos, Exxon Mobil (NYSE:XOM), bajó un 0.8%, pero Chevron (NYSE:CVX) cerró sin cambios. Además de los dos sectores de materias primas, el sector de consumo básico deció un 0.7%.
El único sector que la libró hoy fue el de tecnología de la información que avanzó un 0.1% gracias al rally de Apple (+1.7%). La empresa planea lanzar un servicio de televisión, lo que intensificará la competencia por el sector de televisión de paga. El servicio puede costar entre 30 y 40 dólares al mes, y contará con 25 canales. Sin embargo, el rally de Apple no benefició al Dow, el peor índice hoy. La acción entrará al grupo de las “blue chips” mañana, reemplazando a AT&T (NYSE:T), con una ponderación de 4.66%.
Además de que mañana Apple entra al Dow Jones, el mercado estará sobre todo pendiente de Yellen. Recuerden: a las 12:00 hora de México el comunicado; y a las 12:30 la conferencia de prensa.