El cobre alcanzó su precio más alto en casi dos semanas por la debilidad del dólar y retiros en los inventarios en las bolsas del metal, aunque una desaceleración en la demanda de China limitó el avance de los precios.
El índice dólar bajó a un mínimo de tres semanas. Analistas dijeron que eso se debe al debate en torno a la cumbre del G-7 respecto al acelerado avance del billete verde.
Un dólar más bajo hace que los metales que cotizan en la unidad sean más baratos para los tenedores de otras divisas.
Los inventarios de cobre de los depósitos registrados ante la LME han caído a 308.025 toneladas, su nivel más bajo en tres meses, mientras que las existencias de la Bolsa de Futuros de Shanghái se ubican en 145.383 toneladas, volumen mínimo desde comienzos de febrero.
Economistas del banco central chino prevén un repunte de la economía del país en el segundo semestre.
Pero, por ahora, la demanda de China por cobre se mantiene débil. Sus importaciones del metal bajaron un 16,3 por ciento en mayo respecto a abril a un mínimo de tres meses.
El cobre a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) subió 1 por ciento, a 6.028 dólares por tonelada, luego de tocar más temprano un máximo desde fines de mayo, a 6.083,50 dólares. El metal subió casi un 2 por ciento la semana pasada, pero cayó en las tres semanas previas de eso.
En tanto, datos mostraron que la economía en Estados Unidos probablemente no fue tan débil como se reportó en el primer trimestre. Aunque la confianza del consumidor en Estados Unidos cayó a su menor nivel este año en junio.
Técnicamente, tras las fuertes caídas de las últimas semanas, el metal rojo ha encontrado algo de presión compradora en torno a la zona de los US$2,66 la libra.
En estos momentos el sesgo bajista siga intacto, por lo que la ruptura del soporte de los US$2,66 podría gatillar nuevas órdenes de venta en el metal.
Al alza, la zona de los US$3 la libra representa la principal resistencia de corto plazo.