Los inversionistas se preparan para un posible aumento del precio del petróleo ante la nueva incertidumbre geopolítica por el conflicto entre Israel y Palestina, que se suma a la generada por la guerra en Ucrania desde febrero del 2022.
A pesar de que estos territorios no son actores petroleros importantes y que la guerra no afecta directamente la producción o suministro de crudo (según la Administración de Información Energética de Estados Unidos, Israel prácticamente no tiene producción de petróleo crudo ni condensado, mientras que los territorios palestinos no producen petróleo), se ubican en una región productora y exportadora de petróleo clave en el mundo.
Los precios del llamado “Oro Negro” podrían registrar aumentos esta semana por la incertidumbre, aunque de una forma limitada, siempre y cuando el conflicto no se intensifique, no genere un efecto dominó, y los suministros de petróleo y gas de Medio Oriente no se vean afectados.
Ante un escenario extremo, los expertos del sector se centran en la respuesta de Estados Unidos, las rutas marítimas e Irán, que ha estado impulsando la producción de petróleo y quien dice “apoyar la defensa de la nación palestina” tras los ataques de Hamás en Israel; surgen dudas sobre si Irán financia a Hamás. Una eventual respuesta de las autoridades israelíes contra el país persa podría poner en riesgo la seguridad de las naciones de la región.
Para analistas de JPMorgan (NYSE:JPM), las tensiones geopolíticas entre Israel y Palestina podrían generar afectaciones que impliquen en el “techo” en el que se estabilicen los precios del petróleo en el corto plazo. Antes de los ataques, los precios del petróleo habían retrocedido desde un máximo reciente de 92 dólares por barril.
Pierre Andurand, empresario y reconocido gestor de fondos de cobertura francés indicó en su cuenta de la red social X: “No deberíamos esperar un gran aumento del precio del petróleo en los próximos días; pero eventualmente podría tener un impacto en la oferta y los precios”.
El Fondo Monetario Internacional informó que sigue los acontecimientos en Israel y Gaza; el organismo señala que es demasiado pronto para evaluar cualquier impacto económico: "Nos entristece profundamente la pérdida de vidas humanas. Seguimos de cerca esta preocupante situación”.
Los mercados han mostrado resiliencia ante el torbellino económico y las cambiantes expectativas sobre las tasas de interés en el mundo, ya que a inicios de este año se esperaba que su descenso iniciara a finales del 2023. Por la elevada inflación, los tipos se mantendrían altos por más tiempo.
Algunos inversionistas indican que el conflicto israelí podría provocar un flujo hacia activos más seguros, impulsando la demanda de dólares y bonos del Tesoro, y elevando el sentimiento de aversión al riesgo; para otros, hasta el momento es poco probable que afecte las proyecciones macroeconómicas.