La importancia de la seguridad en la nube y de una protección crítica de las infraesctrucuras es cada vez mayor en un mundo más conectado que nunca, y esto se confirma para una amalgama de sectores e industrias. Pero, ¿qué ocurre cuando los mecanismos de seguridad fallan? Como sabrás, el viernes pasado el mundo entero tuvo la oportunidad de comprobarlo: un simple fallo en la actualización de contenido del sensor Falcon fue suficiente para provocar lo que ha sido denominado "el mayor apagón informático de la historia", después de que un sospechoso archivo de sistema incluido en la actualización lanzada por el gigante de la ciberseguridad CrowdStrike dejase en jaque a sistemas críticos empleados por aerolíneas, hospitales y servicios de emergencias, entre otros. Se calcula que este incidente, cuyas consecuencias aún están sufriendo algunas de las firmas afectadas incluso después del despliegue de la actualización corregida el pasado domingo, ha generado ya pérdidas de al menos 1.000 millones de dólares.
Si bien aún se desconoce si CrowdStrike se hará cargo de dichos gastos, el impacto de este suceso sobre el precio de las acciones de la compañía ha sido completamente devastador: tras una revalorización de prácticamente un 300 % entre 2023 y 2024, y según las cifras previas a la apertura del mercado del lunes 22/07, CRWD ha retrocedido más del 20 % desde el fatídico viernes. No obstante, y a pesar de esta última devaluación, la cotización del teletipo sigue disfrutando de niveles algo más del 200 % superiores a los registrados a principios de 2023. ¿Estamos por tanto ante el final de CrowdStrike, o se trata más bien de un revés sin mayores contratiempos? ¿Qué factores determinarán el rumbo que seguirá CRWD hasta finales de año?
Es demasiado pronto para saberlo
En estos momentos es importante destacar que las caídas repentinas son totalmente habituales a raíz de acontecimientos llamados en economía "cisnes negros", como el que acabamos de vivir, y lo más probable es que el descenso del 30 % en la cotización de CrowdStrike en apenas unos días sea solo una reacción excesiva. Resulta sin embargo difícil evaluar la devaluación a largo plazo, dado que se desconocen todavía las secuelas financieras de este evento. Se ignora por ejemplo si se exigirá responsabilidades financieras a CrowdStrke por la totalidad o parte de los 1.000 millones de dólares en los que se valoran las pérdidas derivadas del fallo en su actualización debido a los términos contenidos en sus contratos de licencia, no obstante los cuales podría considerar que está obligada a asumir los como gesto de buena fe, dado que su papel en la interrupción de los servicios fue medular.
Incluso si la compañía logra evitar legalmente el pago de una compensación, no cabe duda de que este incidente dejará un sabor amargo en la boca de no pocos clientes, que podrían optar por confiar en los servicios ofrecidos por la competencia. Haríamos bien además en considerar la ya de por sí elevada valoración concedida a CRWD hasta la fecha: tras el meteórico ascenso disfrutado en los últimos doce meses su ratio precio/beneficios asciende actualmente a 573,14, lectura sumamente elevada incluso para acciones en crecimiento y aún más cuando consideramos que los ingresos de CrowdStrike correspondientes al pasado año fueron únicamente de 2.241 millones de dólares. Puesto que esta crisis se extenderá probablemente hasta al menos finales de 2024, es difícil creer que CRWD podrá mantener una valoración tan elevada una vez desaparezca el optimismo actualmente prevalente.
Pensemos diferente
Por cada perdedor hay un ganador, y la semana pasada no fue ninguna excepción; la mayor pérdida registrada por CrowdStrike ha supuesto ganancias para su competidor más reputado, Palo Alto Network (PAWN): mientras que CRWD perdió un 30 %, Palo Alto registró ganancias moderadas del 4 %. Si bien esto no es motivo para tirar cohetes, es un signo de que el mercado confía en que PANW sabrá estar a la altura y sacar provecho del aciago episodio protagonizado por CrowdStrike.
PANW es una compañía más estable cuyos ingresos casi triplican los de CRWD y con una ratio precio/beneficios más atractiva de 48,58, razón por la que cobra sentido equilibriar el riesgo inherente a la titularidad de acciones de CRWD mediante una modesta adquisición de acciones de PANW, al menos hasta que las aguas vuelva a su cauce tras la última debacle. Dicho esto, un inversor particularmente agudo y diversificado aprovecharía esta oportunidad para hacerse con acciones de CRWD a un precio reducido y usar la estrategia de promedio de coste en los próximos meses de forma que pueda obtener un buen precio y se sienta con la suficiente confianza como para seguir comprando un activo robusto durante intervalos regulares de tiempo en el caso de que CrowdStrike logre recuperarse rápidamente, Pero si CRWD sufre más pérdidas durante el cuarto trimestre de 2024 y más allá, el inversionista se beneficia de un precio promedio aún más bajo pagado por una buena acción que opera en un sector vital y ostensiblemente a prueba de futuro. Resulta difícil predecir exactamente el alcance de las pérdidas financieras para CRWD pero, ahora que se ha resuelto en gran medida el problema, es razonable creer que la devaluación del 30 % con respecto a sus máximos recientes podría ser una reacción excesiva, a menos que a posteriori se evidencien daños adicionales.